*De la Ilíada: Los hombres somos cual las hojas. El viento las esparce por la tierra y la floresta hace germinar otras, y las primaveras se suceden. Así nace y se extingue toda generación de hombres. Camelot.

EL SEPTIEMBRE DEL GRITO

El mes se va muy rápido, como la vida. Septiembre es un mes que arrojó viejas canciones, una de Neil Diamond, September Morning (Mañana de septiembre, todavía puedes hacerme sentir de esa manera) O aquel poema, ‘Oda a las alas de septiembre’, del gran Pablo Neruda: “Buenos días, señores golondrinas / o señoritas o alas o tijeras / buenos días al vuelo del cielo, que volvió a mi tejado: he comprendido al fin / que las primeras flores / son plumas de septiembre”. Septiembre es quizá el mes que el presidente Peña Nieto recordará con tristeza, aunque sea el de ¡Viva México!. Para que no quedara duda del error de septiembre, la traída de Trump a México, el pelos de elote ayer mismo, después de las renuncias y los enroques, volvió a burlarse. Dijo que la gente que lo había invitado a nuestro país, estaba siendo corrida de sus trabajos. Qué líos dejó este hombre. Septiembre era y es nuestro mes Patrio, sacro, de Grito y de felicitaciones y pedas, el mismo 15 cuando se brinda por la mexicana alegría. Dijo Raúl del Pozo que ‘Los griegos antiguos eran unos grandes patriotas y asociaban la patria a los dioses. Escribió Indro Montanelli que cuando los dioses fueron destruidos por la filosofía, los griegos, no sabiendo ya por quién morir, cesaron de combatir y se dejaron subyugar por los romanos, que todavía creían en los dioses’.

¿CON CUÁL JUAN GABRIEL TE QUEDAS?

Me pregunté a mi mismo, después de comprar de nuevo sus discos y DVD, sobre todo uno de concierto: ‘Juan Gabriel, vestido de etiqueta’, dirigido por el gran Eduardo Magallanes. Dos discos y un DVD excelentes. Pero a cuál Juan Gabriel apostarías, al de la cinta ‘Hasta que te conocí’, que Azteca 13 ganó a Televisa, y se le adelantó en esa serie que es vista por millones, como se le ha adelantado en muchas cosas, porque hasta en eso Televisa está ocupando el segundo lugar, en la audiencia del mundo del espectáculo. Los salvó el Gordo de Molina, del Gordo y la Flaca, que tuvo la primicia de la entrevista al hijo de Juan Gabriel (Iván), ese que ahora las revistas de chismes, como TV Notas, asegura, según versión del médico de cabecera, que el hijo maltrataba al padre. Saldrán chismes, vendrán nuevas versiones, pelearán la herencia cuantiosa y el hombre, que legó toda una historia a la música y a la composición, debe descansar en paz, después de haber visto, desde dónde esté, que no había pueblo más agradecido con él, que el mexicano, el que paseó su llanto y duelo por Bellas Artes, allí donde el mismo Juan Gabriel, de chamaco, cantante sin nombre, predijo que cantaría allí y seria aplaudido, no solo eso, tuvo un Funeral como de Jefe de Estado. Pero iba a su música. Yo me quedo con los grandes popurrís del Rock, que cantó en el Auditorio Nacional, y donde pudo. Porque soy de esa época, de esos amantes a la antigua que ya no mandan flores. Veo ahora el que tiene a un lado a Angélica María, Miguel Ríos, Enrique Guzmán, Manolo Muñoz, que seguro lo esperó allá en el cielo, Joaquín Sabina, la otra fallecida, Rocío Dúrcal y su hija, la de Guzmán, Alejandra. Con ese Juan Gabriel me quedo, el que abraza y besa Enrique Guzmán, cuando entonan juntos, Dame felicidad. Tenía voz y estilo y ritmo. Un grande, que se ha ido y deja la música como su legado.

¿CUÁNTOS AÑOS TIENES?

En cierta ocasión alguien le preguntó a Galileo Galilei:

¿Cuánto años tiene, señor?

“Ocho a diez”, respondió Galileo, en evidente contradicción con su barba blanca y que ya peinaba canas.

Todos se miraron asombrados, por la edad que había dicho que tenía, pero él al darse cuenta les explicó: “Tengo en efecto, queridos amigos, los años que me quedan de vida. Los vividos ya no los tengo, cómo no se tienen la monedas que ya se han gastado”.

ESO TE VA A CURAR

Se celebran los Juegos Paraolímpicos, en Rio de Janeiro. Rememoro un texto encontrado hace tiempo. Va: Hace algunos años, en los paraolímpicos infantiles de Seattle, nueve concursantes, todos con alguna discapacidad física o mental, se reunieron en la línea de salida para correr los 100 metros planos. Al sonido del disparo todos salieron con gran entusiasmo de participar en la carrera, llegar a la meta y ganar. Todos, es decir, menos uno, que tropezó en el asfalto, dio dos maromas y empezó a llorar. Los otros ocho oyeron al niño llorar, disminuyeron la velocidad y voltearon hacia atrás. Todos dieron la vuelta y regresaron,… todos. Una niña con Síndrome de Down se agachó, le dio un beso en la herida y le dijo «Eso te lo va a curar». Entonces, los nueve se agarraron de las manos y juntos caminaron hasta la meta.

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