«La última semana México vivió una auténtica rebelión popular. La visita del candidato Donald Trump causó una desaprobación generalizada y el Presidente se vio obligado a recular. La rebelión habla de una sociedad madura y dispuesta a defender sus derechos (y su honor), todo ello sin violencia ni excesos, lo que abre grandes posibilidades para el futuro. La pregunta es si trata de un recurso concebido meramente para evitar más críticas, sobre todo a raíz de la revisión del presupuesto de 2017, o si incluye al menos la intención de construir algo más sólido que le dé paso a esa sociedad madura y evite una nueva hecatombe electoral en el proceso electoral de 2018. El tiempo lo dirá». Lo escribe el lúcido analista Luis Rubio en «Reforma».