Sotheby’s exhibe desde hoy en Nueva York las piezas más representativas de la colección de arte privado del fallecido David Bowie, el universo pictórico que inspiró la propia obra del «rey del glam rock», y que se subastará en Londres el 10 y 11 de noviembre.
La puja «Bowie Collector«, conformada por 380 piezas que incluyen obras de Damien Hirst, Jean Michel Basquiat o Frank Auerbach, espera recaudar entre 10 y 15 millones de euros (entre 11 y 17 millones de dólares), aunque es tan reciente la muerte del autor de «Life On Mars» que los especialistas auguran una cifra aún superior.
«Bowie se interesó toda su vida por el arte, que era ante todo para él una inspiración para su obra y para la vida», afirmó Simon Hucker, especialista senior de arte británico moderno y de posguerra en Sotheby’s.
El arte es, honestamente, la única cosa que he querido poseer en mi vida. Ha sido siempre para mi como un alimento. Lo he usado. Me puede hacer sentir diferente por las mañanas, me puede cambiar de muchas formas, según por lo que esté pasando», contó Bowie en una entrevista al «The New York Times» en 1998 en su clímax coleccionista.
Desde sus videoclips a las portadas de sus discos pasando por su vestuario y maquillaje. A nadie se le escapa que a Bowie le interesaba el arte, aunque hasta ahora no se conocía a ciencia cierta la magnitud de la colección personal que atesoró durante su vida y, especialmente, en la década de los ochenta y noventa.
La propia viuda, Iman, encargada de gestionar la colección, reconoció hace unos días a la prensa británica que ponía a subasta las obras por falta de espacio en las distintas residencias que poseía el artista.
«Sus gustos eran tan eclécticos como él mismo», explicó el especialista de Sotheby’s.
En su colección está muy presente el arte expresionista británico, la escuela vienesa, pero también hay obras de arte africano y obras abstractas.
«Conoció a muchos de los artistas. Le gustaba hablar con ellos para entender mejor sus obras», señaló Hucker.
Entre ellos, al neoyorquino Basquiat, autor de la obra «Air Power» (1984), una buena muestra del arte neoexpresionista que apasionó a Bowie (1947-2016), en cuya puja se espera alcanzar los 5 millones de dólares.
Precisamente, Bowie interpretó a Andy Warhol en el biopic sobre el artista posmoderno que dirigió Julian Schnabel en 1996.
También le cautivó el arte «outsider», que le llevó a comprar obras de artistas que no contaban con el visto bueno del reconocimiento oficial pero que le cautivaban personalmente.
Entre ellos Johann Fischer, veterano de la segunda guerra mundial, con un taller en un hospital psiquiátrico cerca de Viena (Austria) que Bowie visitó personalmente.
El cantante británico estuvo toda la vida interesado por el arte e incluso llegó a estudiar diseño antes de dedicarse a la música.
Pese a su éxito, que le convertiría en «icono» de la cultura pop, nunca dejó de dibujar y en los noventa expuso en varias galerías sus obras pictóricas que bebían de los estilos que a él mismo le gustaba coleccionar, del arte más figurativo al abstracto pasando por el neoexpresionismo, explicó a Efe el especialista de Sotheby’s.
Además de las obras pictóricas, la colección también incluye esculturas de artistas como Henry Moore o piezas de mobiliario que pertenecen más a un museo que a una casa, como la librería colorista «Carlton«, del arquitecto y diseñador italiano Ettore Sottsass, artista del que poseía otras obras como lámparas y hasta una tetera.
La «última gira» de Bowie a través de las cuarenta obras más representativas de su colección de arte también pasarán por Hong kong, Los Ángeles y Londres, donde tendrá lugar la puja final.
Dentro de la colección, dos guiños imprevistos e indirectos a España gracias a dos obras que Bowie atesoró del pintor vanguardista británico David Bomberg: Los lienzos «Sunrise In The Mountains. Picos de Asturias» y «Moorish Ronda, Andalucía«, ambos de 1935.