«Una cosa mala de Hillary Clinton en el debate, es que de nueva cuenta se vio como la estudiante sesuda que se prepara tanto que deja al resto de sus compañeros, en esta ocasión a gran parte del electorado, sin entender claramente qué dice o qué propone. Tanto cerebro y tan poco corazón la aleja del electorado. En cambio, Donald Trump no logró mostrarse presidenciable, por su poca preparación». Lo escribe Ana Paula Ordorica en «Excélsior».