JUSTOS O NO, los movimientos magisteriales concebidos en las últimos días en casi todo el territorio estatal, es un mal síntoma de que las cosas están que arden.

Los acuerdos tomados también, como motivo de estas manifestaciones, entre líderes y autoridades gubernamentales, simplemente, no fueron acatados por la mayoría de los trabajadores sindicalizados, tomándose la libertad, los propios afiliados a estas organizaciones de maestros exigentes, de continuar apoderados de las calles y de las carreteras, para exigir el pago inmediato de sus prestaciones laborales.

Esto, también, es un mal síntoma de que las cosas, están que arden.

Los dirigentes magisteriales, han sido rebasados por la propia exigencia magisterial, pues puede más la falta de recursos para subsistir que la obediencia a un líder que no satisface sus requerimientos.

Y aunque todo parece ser inédito, por muchos acontecimientos que se han dado y que nunca se habían experimentado en Veracruz, la desobediencia de los trabajadores a los lineamientos de sus propios líderes, también es algo nunca visto en estas tierras y que es, por lo tanto, un verdadero síntoma de que las cosas están que arden.

El gobierno esta más que comprometido a cumplir con las exigencias que parten, no tan solo de la propia dirigencia magisterial, sino de todo un movimiento laboral que se ha negado a atender las negociaciones de sus líderes, así como los acuerdos a que hayan llegado, pero que no responden necesariamente a los objetivos planteados desde la base sindical.

Sin duda, estos nuevos acontecimientos de la vida pública de Veracruz, están que arden.

Quién será, pues, la instancia que logre apagar el fuego que amenaza con extenderse y poner a Veracruz, en llamas.

No lo sabemos, pero urge que suceda lo más rápido posible.

El movimiento magisterial que se ha apoderado de calles y carreteras, ha sido para presionar, efectivamente, al gobierno del Estado, para que se les cumpla con sus exigencias, las cuales están basadas en los pendientes que la administración pública, tiene con los mentores del Estado, y algunos otros que pertenecen a la federación.

El cumplimiento de los pagos, firmados en una minuta, tiene que ser a la pie de la letra, como afirman los mismos integrantes del sector magisterial que ahora reclaman sus debidas prestaciones. De lo contrario, se endurecerán las manifestaciones y aunque nadie lo crea, muchas organizaciones que no siendo de maestros, se unirían a este movimiento, considerando que en este momento hay, de alguna manera, cierta aceptación de las acciones que se llevan a cabo para protestar.

Esto es lo grave que se ha estado observando, pues la misma sociedad, a pesar de los bloqueos que les hacen tanto daño, están de acuerdo en que dichas manifestaciones se lleven a cabo en virtud de que a los maestros se les debe pagar lo que tienen asignado.

Y lo peor de todo, es que los mismos maestros, ante la necesidad de tener los recursos económicos que les hacen falta, ya no atienden ciegamente a sus dirigentes, por lo que ningún líder magisterial, puede, en este momento pensar que es el que propiamente manda, porque ya se ha visto que la base sindical ha comenzado a rebelarse ante acuerdos que no se cumplen y que siguen siendo el principal objetivo de las manifestaciones.

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AVISADOS DEL OPERATIVO que se llevaría a cabo por el personal de la Secretaría de Protección Civil, del Gobierno del Estado, los empleados del Poder Judicial del Estado, cumplieron con los protocolos que se tienen para evacuar las instalaciones ante la posibilidad de una emergencia.

El mismo Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Alberto Sosa Hernández, participó en esta jornada de prevención y junto con el personal que labora en los edificios desde donde se administra la justicia, tuvo que salir a los puntos de reunión ya establecidos y que todos los empleados y personal del Tribunal, ya conocen.

Al final hubo un recuento, pero sobre todo, la evaluación respectiva de los resultados, donde se toman en cuenta los tiempos transcurrieron al momento de la emergencia, es decir, hasta que todo el personal se encontraba al resguardo de cualquier accidente que pudo haberse generado.

La coordinación de estos simulacros, estuvo a cargo del personal de protección civil, tanto del Estado, como de la misma agrupación interna del Tribunal Superior de Justicia, dando, por lo tanto, el parte correspondiente de haberse logrado satisfactoriamente el objetivo de preparar a los empleados para estas emergencias que pueden presentarse en cualquier momento, ya sea por un temblor, un incendio o cualquier otra forma de conflagración que afecte a las personas.

Y aunque la convocatoria fue lanzada para todo el personal, se notaron las ausencias de algunos magistrados que no quisieron entrar en la realización de este operativo. Como siempre, nunca falta alguien así.

En fin, lo principal de todo esto es que, tal y como lo expresara el mismo Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia, con estas actividades se crea conciencia y se contribuye, necesariamente, a la consolidación de una verdadera cultura de la protección civil.

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SI ALGUIEN ESTA PLENAMENTE identificado con la clase trabajadora de Veracruz, pero de manera especial con los que sirven al Ayuntamiento de Xalapa, es precisamente el alcalde Américo Zúñiga Martínez.

Su paso por la Secretaría del Trabajo, le dio experiencia en el manejo de los asuntos laborales, pero también aprendió que los trabajadores en general, requieren siempre de la atención que se merecen por ser diariamente los constructores de un país, un Estado, o un municipio, sin importar la dimensión que tenga cada uno.

Por eso, no es ninguna sorpresa para la sociedad de esta ciudad, que Américo, se haya reunido recientemente con los trabajadores de la Limpia Pública, y reconocerles, en su día, la enorme aportación que hacen a la ciudad para que ésta se mantenga limpia.

En el marco del 35 aniversario del Servidor de Limpia Pública, el alcalde Américo Zúñiga Martínez refrendó también, el compromiso del gobierno municipal por retribuir el esfuerzo que diariamente realizan decenas de trabajadores que laboran en la recolección de los desechos sólidos a través de mejores condiciones de trabajo y equipamiento para la dependencia.

Pero fue claro al manifestar que el reconocimiento a los trabajadores de esta importante área, no debe ser, solamente del Ayuntamiento, de las autoridades municipales, sino también, de alguna forma, de la misma sociedad, a la cual, cientos de trabajadores de la limpia pública, trabajan día y noche, para servirle.

Y tiene toda la razón el alcalde de Xalapa.

Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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