Primera parte
Es conocido por la opinión pública el fallido estado en materia de Derechos Humanos en el cual se encuentra nuestro País, donde todo hace parecer que la barbarie sobre pasa cualquier acto feminicida, para quienes estudian la Violencia de Género, hablar de feminicidio y/ o femicidio como Julia Monarrez, teórica y perito en el tema del Campo Algodonero sobre las muertes de las mujeres de Ciudad Juárez, se debe partir de comprender que : “en los asesinatos crueles se fortalecen las relaciones de poder y dominación sobre las mujeres”, por esto propone no ver a los homicidas como meros individuos “salvajes”, sino como individuos que asimilan aspectos de una sociedad enferma y agrega: “la inequidad entre hombres y mujeres, marginación, violencia solo proponen un escenario ideal”.
Pareciera que la barbarie tiene en la sociedad una complicidad silenciosa, pues esta, solo vislumbra en la mujer un objeto de disfrute, seres inferiores, usables, desechables, prescindibles, donde con suma frialdad de manera cultural se asume y justifica de forma pública “se lo merecía”, “llevaba doble vida”, “venia de familia desintegrada” o aun peor se califica como “cómplice” de la delincuencia suponiendo “así debía morir”, la sociedad se libera del riesgo de ser víctima y reacciona solo para callar a quienes exigen justicia, por que defender a esas mujeres denigra a la comunidad.
En los últimos años México ha pasado a ser uno de los países donde la cosificación del cuerpo de las mujeres queda vacío de sus derechos como “humanas”… Marcela Lagarde, quien define a la feminización de la pobreza: “Esta ahí la pobreza que se extiende cada día para la mayoría de las latinoamericanas, violencia extrema, entre otras, que convierte la miseria en vida cotidiana, Esta entre nosotros la terrible feminización de la pobreza, Aun se presenta en nuestras tierras la muerte de mujeres y niñas por hambre, enfermedades curables y complicaciones en la atención de embarazos, partos, abortos y puerperios, No amaina”, así mismo definió al acto de asesinar a una mujer, solo por el hecho de su pertenencia al sexo femenino como “feminicidio” y agrego para ampliarlo y explicarlo desde una visión política, “Aquel cuya denuncia e inactividad así como el incumplimiento a las convenciones Internacionales de los Estados, la falta de la eficaz y seria tarea por la erradicación de los brutales crímenes y los autores de los mismos, las desapariciones de mujeres, cuya omisión y negligencia por parte de las autoridades encargadas de prevenir la continuidad de tales hechos y agrega: “Hay feminicidio cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en el hogar, ni en el lugar de trabajo, en la vía pública o en los lugares de ocio”.
Es así, que la trascendencia de este tema nos permite considerar una segunda entrega, donde definiremos el fenómeno femicida y feminicida como una problemática social vigente.