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Excélsior

Después de la protocolaria y tildada de fría audiencia del pasado febrero, el papa Francisco y el presidente argentino, Mauricio Macri, se reunieron hoy en un ambiente más familiar, con la presencia de todas las hijas del mandatario, pero completamente reservada, pues el Vaticano no dio detalles.

Lejos de las suntuosas salas del palacio pontificio, donde se celebran las audiencias con los Jefes de Estado y de Gobierno, Francisco recibió este sábado a Macri durante una hora en el estudio anexo del aula Paulo VI, donde mantiene las reuniones menos protocolarias y de los fines de semana por su cercanía a su residencia, la Casa Santa Marta.

Hubo anécdotas, bromas y sobre todo la espontaneidad de Antonia, la hija de cinco años de Macri, que se trajo «un cuestionario» al que someter al pontífice, y su esposa actual Juliana Awada.

Macri calificó este segundo encuentro con el Papa como «bueno» «muy positivo» y mucho más largo que el anterior, que había durado 22 minutos, lo que hizo despertar sospechas de que no hubo sintonía entre dos de los argentinos más relevantes del mundo en este momento.

En una rueda de prensa en la embajada argentina ante la Santa Sede, a pocos metros de San Pedro, al presidente se le vio muy satisfecho, pero la prensa no pudo corroborar cómo fue la reunión.

No se dejó pasar a ningún periodista al encuentro, a la entrega de regalos o a la presentación de la familia, mientras que el Vaticano difundió solo algunas imágenes y pocos segundos del momento de la foto de grupo.

Además de por su esposa Juliana Awada y la hija de ambos, Antonia, Macri estuvo acompañado por Agustina, de 33 años, que vive en Italia y es fruto de su primer matrimonio, y Valentina, primogénita de la esposa del mandatario de una anterior unión.

LAS PICARDÍAS DE LA HIJA DE MACRI
Y según explicó Macri, Antonia fue la «periodista» del encuentro al someter al Papa a un pequeño cuestionario que hizo reír mucho al pontífice.

La pequeña preguntó a Francisco «lo que comía», «si él tenía papás» y el pontífice contestó «que estaban en el cielo».

Pero también se interesó sí «dormía con la misma ropa» a lo que el papa le contestó divertido que «él también usaba un pijama».

Respecto a la audiencia del pasado febrero y la supuesta frialdad entre ambos, Macri reiteró que ambas fueron «entre dos personas que se conocen desde hace años, que hablan por teléfono, que hemos tenido ya muchas reuniones (en pasado)».

Macri destacó sobre todo de esta audiencia las palabras que le dirigió el pontífice al final del encuentro:

Me miró y me dijo: ‘fuerza y para adelante'».

El mandatario explicó que había venido a repasar con el pontífice lo que había hecho en estos meses desde que llegó a la Casa Rosada ya que para el «es un líder moral».

El encuentro había comenzado ya con buen humor, explicó Macri, al contar que Francisco arrancó preguntándole por la bicicletada con Poli».

El presidente paseó ayer en bicicleta durante casi una hora y media por Roma con el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Mario Poli.

Fue muy lindo poder contar con una hora y media y disfrutar del paisaje y olvidar de la tarea de presidente, de la que me siento honrado, pero salirse un ratito de ello viene siempre bien», contó Macri.

También el mandatario dijo que el papa Francisco «estaba muy contento» con la canonización de mañana del cura Brochero, ceremonia para la que ha acudido el mandatario argentino.