Al Secretario Meade no le hizo mucha gracia que lo tachen ocho millones de veracruzanos de insensible ante la situación que presenta la economía del gobierno del estado y de los municipios. Tampoco le agrada que el próximo gobernador de Veracruz le recuerde a la Federación todo lo que Veracruz ha aportado a esta gran Nación, y que hoy cuando Veracruz los necesita se hagan ojo de hormiga.
Meade debe de pensar, -con justificada razón-, que si hoy se rescata a Veracruz, mañana tendrá que rescatar a la mayoría de los estados del país, que si bien, no han sufrido un desfalco tan descomunal, no hay uno que se salve de requerir dicho salvamento, pues en todos sin excepción ha existido el fantasma de la corrupción.
Quizá la reunión de Miguel Ángel con Peña hace apenas unos días cambió el escenario, y quizá la próxima reunión con Osorio Chong, cambie aún más el escenario para los próximos días y meses para Veracruz, pero mientras tanto el secretario de hacienda no está manco. De entrada ya hay una reacción, que seguramente le dará algunos puntos en esta guerra política.
Como todos los que vivimos relacionados con los impuestos sabemos, cada cierto número de años vemos que la SHCP y/o el gobierno federal lanzan una amnistía para estados y municipios, en la cual les ofrecen perdonarles el pago de multas y recargos si pagan sus adeudos de retenciones de impuesto sobre la renta sobre los salarios, arrendamientos y honorarios que han pagado. Esta facilidad implica reconocer que ni los estados ni los municipios pagan dichos impuestos a pesar de estar obligados a ello, salvo honrosas excepciones. A veces la amnistía fiscal ha llegado al extremo de perdonar no sólo recargos, actualizaciones y multas, sino también la suerte principal del adeudo, es decir, se perdona que el impuesto retenido no se pague ni sus accesorios.
En alguna ocasión tuve la oportunidad de reunirme con el entonces subsecretario de ingresos de la SHCP Francisco Gil Díaz, a quien en persona le reclamé que los municipios no enteraban correctamente el ISR retenido de sus trabajadores, en especial de los ediles, a quienes una pequeña parte de su sueldo se les pagaba vía recibos de nómina, y la mayor parte mediante compensaciones ilegales de las cuales jamás les retenían un peso de impuestos y que por lo tanto tampoco debían incluir en sus respectivas declaraciones anuales. Alegaba yo que no era posible que una autoridad fiscal como lo es el municipio, evada el cumplimiento de sus propias obligaciones fiscales.
La manera de disponer de los recursos públicos en los ayuntamientos se ha tecnificado, al grado de que hoy en día, muchos ayuntamientos compran facturas ilegales de bienes y servicios, con el fin de sacar dinero de la tesorería, y mediante módica comisión llevarlo a los bolsillos del alcalde y de sus compinches en el ayuntamiento. Desde que hay facturas electrónicas, este problema se ha agudizado, pues ahora los ayuntamientos se sienten más seguros, al contar con una factura con todos los requisitos de ley. Por cierto, en alguna época, el propio personal del ORFIS ofrecía dichas facturas por una módica comisión, según me informan mis fuentes, sin darme mayores detalles de quien era la persona o el puesto que ocupaba.
La Secretaria de Hacienda y Crédito Público tiene elementos suficientes para poder identificar operaciones ilícitas en cualquier ente público o privado, gracias a las leyes contra el lavado de dinero que comenzaron a aplicarse hace un par de años. (Por cierto, leyendo lo anterior, me pregunto ¿como es posible que la unidad anti lavado de dinero de la PGR y el SAT no se hayan dado cuenta del descarado desvío de recursos del erario público veracruzano.?)
Bueno, pues el asunto es que en estos días se está iniciando un proceso de revisión rápida de obligaciones fiscales de ayuntamientos veracruzanos. Coincidiendo con la protesta de los alcaldes por la falta de recursos públicos. Así que ahora los tesoreros y contralores estarán muy ocupados demostrando que si cumplieron con el pago de impuestos retenidos a sus trabajadores, los retenidos por arrendamientos y por honorarios. En el primer caso sólo impuesto sobre la renta y en el segundo caso, también impuesto al valor agregado.
Uno puede pensar que es poco el dinero, pero en el caso de los ayuntamientos con cientos o miles de empleados, estamos hablando de mucho, mucho dinero. Y más todavía cuando la omisión se repitió mes a mes a lo largo de los tres años que llevan en la administración los actuales alcaldes.
¿Qué busca el SAT con esto? De entrada acalambrar a los alcaldes protestosos. En segundo lugar, también busca algo bueno, la igualdad ante la ley, es decir, que todos paguemos impuestos, y no nada más algunos. Aplicar la ley a rajatabla y a todos no es malo. Lo malo es cuando parece que se aplica por venganza… Pero bueno, no conocemos las motivaciones del SAT, lo que si sabemos es que están haciendo lo que acorde a la ley les corresponde.
Imaginemos nada más que alguno de los ayuntamientos que exige …. Digamos cinco millones de pesos, que es lo que le adeuda el estado de participaciones y es lo que se pretende que hacienda le reponga a los veracruzanos. El SAT podrá determinar las diferencias a cargo que tenga el mismo ayuntamiento y quizá resulte que salen tablas o que incluso el ayuntamiento le debe más al SAT que lo que Hacienda le debe al ayuntamiento.
La estrategia nos lleva a pensar el Secretario Meade gana puntos en su batalla política, le ahorra unos centavos a la federación, y además de ello, pone las barbas de todos los alcaldes del país a remojar, y a reflexionar si vale la pena evadir impuestos en estos tiempos de austeridad.
De todas maneras es inevitable que la federación ayude a Veracruz. Si no le sirve a Veracruz la federación podría ser muy mala señal para todos los estados. Podría significar que ya no vale la pena convivir en el pacto federal y considerar la posibilidad de salirse.
Yo en lo personal tengo una propuesta para el congreso federal. Que por un año, el 2017, los veracruzanos puedan pagar sus impuestos federales al gobierno estatal en lugar de al federal, con el fin de salir del problema económico. Todos sabemos que Veracruz aporta mucho a la federación, así que con un año que paguemos aquí en lugar de allá, saldríamos de la bronca. Y sería opcional, sólo quien considere que vale la pena lo haría, y ayudaría al estado a salir del problema en que estamos metidos. Lo importante es que si se pagan en el estado o en la federación, de todas maneras cuente como pago a la federación para no generar consecuencias ni adeudos posteriores.
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