El dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador informó que si en las elecciones presidenciales de 2018 le va “mal” no volverá a postularse como candidato a ningún puesto de gobierno.
“En fin, si desgraciadamente nos va mal en el 18, seguiré sembrando plantas e ideas hasta que fallezca, pero no volvería nunca más a ser candidato a nada”, publicó el dirigente de Morena.
En el marco de su cumpleaños número 63 el tabasqueño colocó un mensaje de Facebook, donde expresó que en caso de no resultar ganador regresaría a la “Quinta La Chingada” y que no volvería a ser candidato de nada.
“Si el pueblo de México se manifiesta en 2018 por un cambio de fondo y me da su confianza, vendría a la quinta como ahora, de vez en cuando; pero si la mayoría de la gente dice que no me quiere gobernando o los de la mafia del poder nos lo impiden, entonces sí me iría literalmente a La Chingada”, se lee en la publicación de López Obrador.
Además, reiteró que el no posee ningún bien material ni cuentas de cheques ni tarjetas de crédito, pues en 2015 la Quinta que heredó de sus padres.
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“En otras ocasiones, he explicado que nunca me ha interesado el dinero, aunque por respeto a las personas, no dejo de recalcar que no todo el que tiene es malvado. Precisamente, en 2015, entregué a mis hijos la Quinta La Chingada, heredada de mis padres: a Jesús le toca la casa y 4 mil metros cuadrados; a José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso, una superficie de 2 mil 500 metros cuadrados a cada uno. Cuando les informé a mis hijos grandes que al Jueche le quedaría la casa de sus abuelos, porque no había recibido nada, ninguno se disgustó, son buenos de verdad”, publicó AMLO.
López Obrador dijo que en caso de regresar a “La Chingada” se dedicaría a escribir y a dar clases a los niños, además de sembrar plantas en la quinta.
“Mientras viva, no dejaré de luchar por la justicia y por la auténtica democracia, pero me retiraré del protagonismo político para así, con humildad y arrogancia, al mismo tiempo, poder decir a mis adversarios y a quien quiera oírlo, «ya ven, no soy un ambicioso vulgar». Sólo me importa estar bien conmigo mismo, con mi conciencia, con el prójimo, con la nación y con la historia”.