Andrés Manuel López Obrador, líder nacional de Morena, aseguró que de perder la elección presidencial de 2018, no volvería a ser candidato a nada y se retirará para irse a vivir a su rancho “Quinta La Chingada”, en Palenque, Chiapas.
En un texto publicado ayer por el diario Reforma y que AMLO reproduce en su cuenta de Facebook, el tabasqueño habla de su rancho y hace, de manera poética, una amplia descripción de la flora y fauna que abundan en ese lugar. “Deseo vivir cuando pueda y hasta que muera en la Quinta La Chingada.
Si el pueblo de México se manifiesta en 2018 por un cambio de fondo y me da su confianza, vendría a la quinta como ahora, de vez en cuando; pero si la mayoría de la gente dice que no me quiere gobernando o los de la mafia del poder nos lo impiden, entonces sí me iría literalmente a La Chingada.
Es mi plan B: refugiarme en este lugar maravilloso”, indica en su texto el excandidato presidencial.
Su futuro
El tabasqueño agrega que si en el 2018 no llega a la silla presidencial, se dedicará a leer, escribir y a dar clases, “porque de algo tengo que vivir”.
“Además, así mis adversarios conservadores no seguirán necios preguntando ‘de qué vivo, si no trabajo’.
En este tiempo, la respuesta a esa pregunta maliciosa es que ‘vivo del ’oro de Palenque’, por aquello del ‘oro de Moscú”’, expresó. Manifestó que si pierde las elecciones, seguirá sembrando plantas e ideas hasta que fallezca, pero nunca más volvería a ser candidato de elección popular.
“Diría: quise ser como Juárez, Madero y Lázaro Cárdenas, y no pude o no supe hacerlo. Mientras viva, no dejaré de luchar por la justicia y por la auténtica democracia, pero me retiraré del protagonismo político para así, con humildad y arrogancia, al mismo tiempo, poder decir a mis adversarios y a quien quiera oírlo, ‘ya ven, no soy un ambicioso vulgar’.
“Solo me importa estar bien conmigo mismo, con mi conciencia, con el prójimo, con la nación y con la historia”, acotó López Obrador en el escrito.
Herencia
El exjefe de Gobierno de la Ciudad de México precisó que en 2015 dictó su testamento político que ya obra en manos de un notario y reiteró que no tiene ningún bien material, ni cuentas de cheques ni tarjetas de crédito.
Destacó que ese año entregó a sus hijos la Quinta La Chingada, heredada de sus padres. “A Jesús le toca la casa y 4 mil metros cuadrados; a José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso, una superficie de 2 mil 500 metros cuadrados a cada uno”, concluyó.