En el caso de la elección presidencial en Estados Unidos, todas las encuestas fallaron. Lo mismo ocurrió con el Brexit en la Gran Bretaña y con el Acuerdo de Paz en Colombia. En cada caso se dan razones distintas, para tratar de entender el desfase entre lo que decían las encuestas y lo que realmente pasó. / La explicación que gana consenso entre los especialistas es que las encuestas subestimaron a los votantes blancos simpatizantes de Trump. Ahí está la base social del ahora presidente. El economista Paul Krugman, profesor en la Universidad de Princeton y premio Nobel de Economía, plantea en un texto, para The NYT News Service (9.11.16), que los analistas y los medios “no conocemos en el país que vivimos”.
Y añade: “Resulta que estábamos equivocados. Descubrimos que hay una enorme cantidad de gente, blancos que viven principalmente en áreas rurales, que no comparten nuestras ideas de lo que es Estados Unidos. Para ellos, se trata de sangre y tierra, se trata de tradiciones patriarcales y jerarquías raciales”.
Ese grupo está formado por trabajadores y desempleados blancos mal pagados, hombres y mujeres mayores de 40 años, con bajo nivel educativo. Son muy conservadores. No aceptan la liberalización de la mujer, que debe permanecer en casa. Ellos y sus familias han sido desplazados de los beneficios de la globalización y de las nuevas tecnologías.
Viven enojados y frustrados por los efectos de la reconversión industrial de su país y los excesos del capitalismo global, que tiende a la concentración de los ingresos y a la desigualdad social.
Hoy Estados Unidos es uno de los países más desiguales del mundo. Los blancos que pertenecen a ese grupo ven que su movilidad social se ha estancado o incluso revertido. Desde los años 70 no aumentan los salarios.
No viven en las zonas con la mayor presencia de la migración, pero se sienten amenazados y desplazados de sus trabajos por los migrantes, en particular los mexicanos, que son los más. Explican su situación por la presencia de los migrantes y no por las transformaciones de la industria. Su sentimiento más fuerte es que la sociedad los ha relegado y los políticos los han olvidado.
Ese grupo con mucha facilidad es lo que quiere oír, se identifica con el discurso nacional-populista, el de Trump, que tiene en la xenofobia y el racismo dos de sus valores fundamentales. Desde ahí se desprecia a los migrantes e incluso a los estadounidenses que no son blancos. Desde ahí se descalifica a todos los que no profesan la fe que yo tengo. Desde ahí se funda la idea de la “supremacía blanca”.
Este grupo que ve el futuro con incertidumbre es el que votó por Trump. Él a lo largo de la campaña les ofreció un mejor país y una mejor condición de vida, para ellos y sus familias. Nunca les dijo cómo. Les pidió que creyeran en él, porque solo él puede hacer que “Estados Unidos vuelva a ser grande”. Ellos le creyeron y le dieron su voto. Trump no va a poder cumplir con su promesa. ¿Qué va a pasar cuando se den cuenta de eso?
Twitter: @RubenAguilar