Al otro día de aquel fatídico súper martes 8 de noviembre en que los estadounidenses eligieron –contra todos los pronósticos- a Donald Trump, el presidente Enrique Peña Nieto salió a dar una conferencia de prensa para dar sus puntos de vista sobre la elección en el vecino país del norte, fundamentalmente el mensaje era para calmar a los mexicanos. El hombre se veía rebosante, alegre, optimista, seguro y, sin decirlo, proyectaba una imagen en que su rostro lo decía todo: ¡No nos equivocamos!

Por supuesto, en clara referencia al triunfo de Trump y a la avalancha de críticas que se granjeó su gobierno al cometer la imprudencia de invitar a Los Pinos al magnate, sobre todo por la serie de ofensas y amenazas que este hombre profirió durante su campaña en contra de nuestro país y de los mexicanos de acá y de allá. Para qué repito todo lo que nos dijo, pero hay que acordarse cómo habló del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, “el peor tratado firmado por los Estados Unidos” según él y bueno qué decir de su amenaza de bombardear a México para que dejáramos de jugar con su país, y la misma advertencia de que iba a continuar con la construcción de un “hermoso muro” para evitar el paso de indocumentados y de drogas a su país.

Para acabar pronto, nos puso como la peor escoria del mundo, nada más le faltó escupirnos y orinar sobre nuestra dignidad y orgullo, cosa que el presidente parece que no entendió o no quiso entender y pensó que con invitar al troglodita a Los Pinos y ofrecerle trato de jefe de estado, con eso iba a bastar para que el hombre entrara en razón y cambiara su percepción sobre México. No sé en qué estaban pensando él y su principal asesor en ese tema, el defenestrado Luis Videgaray, pero se vieron muy cándidos, tiernos y pecaron de ingenuos cuando pensaron que iban a conmover al virtual presidente de los Estados Unidos y tratar de convencerlo de que la relación comercial entre su país y México resulta vital para ambas naciones.

Pero bajo amenaza no hay engaño y a partir de la conformación de su esquipo cercano de trabajo de Trump, parece que se confirman los temores de que este señor, un loco sin duda, está dispuesto a hacer realidad todas las amenazas que le profirió a nuestro país y a nuestros connacionales que trabajan en el suyo. Ha integrado un equipo de staff que da miedo, nada más chequen ustedes las cartas credenciales de su principal asesor, el xenófobo, racista, provocador, derechista y supremacista blanco Steve Bannon, del que nada más les daremos algunas de las ‘perlas’ que revelan su forma de pensar:

1- El miedo es una buena cosa. El miedo lleva a tomar medidas.
2- Soy un leninista. Lenin quería destruir el estado y ese es mi objetivo también. Quiero llevar todo a derrumbarse y destruir todo lo establecido hoy.
3- Lo que tenemos que hacer es darle una bofetada al Partido Republicano.
4- No quiero que mis hijas vayan a una escuela con judíos. No me gustan los judios ni la forma en la que crían a sus mocosos hijos.
5- ¿Preferirías que tu hijo tuviese feminismo o cáncer?
6- Abolir la esclavitud fue una mala idea.
7- La solución contra el acoso en Internet es sencilla: las mujeres deberían desconectarse.
8- Ninguna de las personas involucradas en la estafa del calentamiento global merecen la más mínima pizca de respeto. Son pura escoria.
9- Las mujeres no consiguen trabajos tecnológicos porque no hacen bien las entrevistas.
10- Todos los jóvenes musulmanes de Occidente son una bomba de relojería, cada vez simpatizan más con los radicales y terroristas.
11- La píldora anticonceptiva hace que las mujeres dejen de ser atractivas y se vuelvan locas.

¡Ay nanita!

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