Cuenta que en uno de sus varios viajes a Cuba, visitó la «Finca Vigía», donde el escritor Ernest Hemingway decía a sus invitados, cuando paseaba por la alberca, que aún existe: «Toca el agua, para que sientas la piel desnuda de Ava Gardner, quien solía matar sus amores con el toreo Domingiín y nadar desnuda».