Un total de 75 personas murieron y seis sobrevivieron al estrellarse un avión en el noroeste de Colombia, en el que viajaba el equipo brasileño Chapecoense para disputar la final de la Copa Sudamericana ante el colombiano Atlético Nacional, informaron este martes autoridades.
De los 81 personas que partieron la noche del lunes de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), con destino a Medellín, seis fueron remitidos con vida a clínicas cercanas al municipio de La Unión, próximo a Cerro Gordo, una zona montañosa donde ocurrió el siniestro, dijo Aeronaútica Civil en un comunicado.
Los sobrevivientes son los jugadores Alan Luciano Ruschel, Jakson Ragnar Follmann y Hélio Hermito Zamper Neto, así como el periodista Rafael Valmorbida, y los tripulantes Ximena Suárez, auxiliar de vuelo, y el técnico de la aeronave Erwin Tumiri, quienes fueron trasladados a tres clínicas cercanas a Medellín, señaló. «Los organismos de rescate nos confirman que murió (Marcos Danilo Padilha) en el traslado» a un centro asistencial tras ser rescatado inicialmente con vida, dijo a la AFP una fuente de la Aeronáutica Civil.
El avión de matrícula boliviana CP2933 de la empresa Lamia se declaró en emergencia «por fallas eléctricas» a las 22H00 del lunes (03H00 GMT del martes) a unos 50 kilómetros de Medellín, según indicó en un comunicado el Aeropuerto José María Córdoba, que sirve a esa ciudad.
«Me comuniqué esta mañana con el presidente (Michel) Temer para expresarle personalmente mis condolencias al pueblo de Brasil y ofrecer toda nuestra cooperación en estos difíciles momentos», dijo el presidente Juan Manuel Santos, en una alocución televisada, en la que también señaló la gravedad de dos de los sobrevivientes. «En este momento avanza la investigación sobre las circunstancias exactas y posibles causas de esta triste tragedia», añadió el mandatario.
– Vuelo chárter – La aeronave chárter transportaba a nueve tripulantes y 72 pasajeros, entre ellos los futbolistas del club brasileño, directivos del equipo y periodistas. Venía proveniente de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), adonde habían viajado en vuelo comercial desde Sao Paulo. Más de 150 personas trabajan en las labores de rescate, que debieron suspenderse temporalmente en la madrugada debido a las a las condiciones climatológicas, en una zona muy difícil acceso, a 3.300 metros sobre el nivel del mar Para llegar a esa colina, los rescatistas deben recorrer más de media hora a pie con las camillas.
El modesto Chapecoense había sorprendido al fútbol regional al llegar a la final de la Sudamericana por primera vez en su historia tras eliminar en semifinales al poderoso San Lorenzo de Argentina.
Nueve futbolistas del Chapecoense no viajaron a Colombia por decisión técnica y se quedaron en Brasil: Rafael Lima, Nenem, Demerson, Marcelo Boeck, Andrei, Hyoran, Alejandro Martinuccio (argentino), Moisés y Nivaldo.
Hace dos semanas, en ese mismo avión había viajado la selección argentina con Lionel Messi a bordo desde Buenos Aires hasta San Juan (oeste de Argentina) para jugar el partido contra Colombia por la clasificatoria sudamericana a Rusia-2018.
La Conmebol anunció que debido al accidente se suspendió oficialmente la final de la Copa Sudamericana y además el Congreso del organismo del fútbol sudamericano que debía sesionar este miércoles en Montevideo.
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, viajó de inmediato a Medellín.
– Milagro sudamericano – Por su parte, Atlético Nacional se solidarizó con el cuadro rival. «Nacional lamenta profundamente y se solidariza con @chapecoensereal por el accidente ocurrido y espera información de las autoridades», escribió en su cuenta en Twitter.
La Federación Colombiana de Fútbol (FCF) también se declaró de luto por lo ocurrido. «Noticias como éstas nos embargan de dolor, vacío y tristeza», dijo en un comunicado.
La clasificación de Chapecoense a la final la semana pasada revolucionó a la pequeña ciudad de Chapecó, de unos 200.000 habitantes, ubicada en el estado brasileño de Santa Catarina.
Chapecoense llegó a esa instancia tras eliminar por penales al argentino Independiente. Antes había dejado atrás al Junior de Barranquilla.
El ‘Verdao del oeste’ estuvo a punto de desaparecer hace una década. Al borde de la bancarrota, la existencia del club de Chapecó, en el lejano interior de la sureña Santa Catarina, parecía inviable.
Pero este club con 43 años, vio la luz en 2009, cuando consiguió clasificarse para la cuarta división y ahí comenzó un despegue que, siete años después, lo había convertido en la revelación sudamericana.