Los toros desde la barrera
Mientras se disputan los cargos en la nueva administración estatal de dos años, se desgarran las vestiduras por etiquetar a “duartistas” y “yunistas” –como si se tratara de la final de futbol mexicano- y se lanzan la “bolita” unos a otros de las responsabilidades, observo de lejos. Tengo un nuevo vicio, debo confesarlo y me distrae de mis funciones laborales y de casa.
Durante largo tiempo me quedo observando mi móvil, con unos audífonos que me abstraen de todo lo que sucede a mi alrededor, de los gritos de las bodoques, de las constantes quejas del hombre e incluso del trabajo… de todo, pero no tiene que ver con mi otra obsesión, las redes sociales.
Mi vicio se llama Netflix, soy nueva en este servicio multimedia por internet pero sobre todo nunca había visto una serie en mi teléfono celular. Para mi son unos cuantos minutos, pero para la gente a mi alrededor parecen horas.
Tan fácil como abrir una cuenta de correo y entras al mundo de Netflix que pone a tu disposición una colección de 13 mil 600 títulos, entre series y películas, algunas nuevas y ya producidas por esta empresa.
Para el primer trimestre de 2015, este servicio tenía más de 60 millones de suscriptores en todo el mundo y se estima que este año ya alcanzó los 81.5 millones, superando ligeramente sus propias previsiones. Solo son estimaciones porque la plataforma de streaming nunca ha revelado cifras exactas sobre la cantidad de espectadores que ve sus programa.
También vi de lejos la toma de protesta del nuevo gobernador Miguel Ángel Yunes Linares con un discurso de justicia, pero más conciliador. Eso es bueno para todos, lo que no es tan bueno es que muchos depositen la confianza en un solo hombre, se requiere liderazgo pero también de la voluntad de los ciudadanos para salir a flote.
A la distancia observo la disputa por la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (Ceapp). Como si se tratara de un botín, una canonjía o prebenda, algunos tratan de obtener la titularidad, otros optan por la pugna como medio para llegar y algunos más por el cabildeo.
La comisión surgió de la nada, en un momento triste y doloroso para muchos, para tratar de calmar las voces que clamaban justicia para Regina, Víctor, Milo, Yolanda, Gabriel y Raúl Alfonso. Y también de la nada podría desaparecer.
Por lo pronto como dicen en la jerga taurina “veo los toros desde la barrera”, presencio la vorágine política sin correr peligro, y me entretengo con Netflix, mientras las aguas se apaciguan y toman su cauce.
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Pd1. Por cierto criticar a diestra y siniestra, en muchos casos sin fundamento, no es hacer periodismo. Periodismo de investigación en su definición aceptada por la Unesco señala que es “la tarea de revelar cuestiones encubiertas de manera deliberada, por alguien en una posición de poder, o de manera accidental, detrás de una masa caótica de datos y circunstancias que dificultan la comprensión. Es una actividad que requiere el uso de fuentes y documentos tanto públicos como secretos”.
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Pd2. Prometí contar de mi visita a Comunicación Social de Gobierno del Estado. Me encontré con algunos buenos conocidos, personas que saludé con mucho gusto y afecto, casi seis años sin verlas.
No fue lo mismo con el titular de la Unidad de Acceso a la Información, quien para estas fechas tal vez ya no se encuentre en su cargo o tal vez este preparando la información que entregará de los convenios de publicidad en los últimos seis años.
Como lo imaginaba la consigna era dejar esta tarea para la nueva administración, si bien ya estaba corriendo el plazo para la entrega de la información, dejarán que se agote el tiempo y que llegue el último minuto para valerse de argucias legales y posponer el cumplimiento de la resolución. Claro con el aval del IVAI.
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