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EFE

Cinco personas, entre ellas dos sacerdotes, permanecen detenidas en la provincia argentina de Mendoza, imputadas por varios casos de abuso sexual a niños de un instituto para menores sordomudos, confirmaron hoy a Efe fuentes judiciales.

Fuentes de la Procuración de Mendoza indicaron que hasta el momento son trece los casos de denuncias de abusos incorporados a la causa, aunque ese número podría ascender a veinte.

Los casos denunciados corresponden a niños de entre 10 y 12 años del Instituto Antonio Próvolo para niños hipoacúsicos, situado en la localidad de Luján de Cuyo (Mendoza, oeste de Argentina).

Los detenidos son dos sacerdotes, Nicolás Corradi, de 82 años, y Horacio Corbacho, de 55, pertenecientes a la Obra San José, y tres empleados del instituto.

Según las fuentes consultadas por Efe, los cinco están imputados por el delito de abuso sexual, agravado por la guarda, y por corrupción de menores y permanecen detenidos en la Penitenciaría provincial.

En allanamientos realizados en el instituto, el último de los cuales se realizó el sábado pasado, “se encontraron vídeos que contienen supuestamente pornografía y 550 mil pesos” (unos 31 mil dólares).

Los casos, conocidos la semana pasada, generaron consternación en la comunidad educativa y movieron a las autoridades educativas provinciales a tomar medidas en el instituto.

El viernes pasado, en una rueda de prensa, el arzobispo de Mendoza, Carlos María Franzini, manifestó su dolor por “el daño hecho a las víctimas” y aseguró que su archidiócesis nunca fue notificada de antecedentes penales que pesaran sobre ninguno de los sacerdotes imputados.

“Tampoco hemos recibido denuncias o comentarios sobre irregularidades que hubieran sucedido en dicho instituto; de haber tenido conocimiento de ello, hubiéramos actuado inmediatamente”, aseveró el prelado.

Según medios locales, Nicolás Corradi llegó a Argentina con antecedentes de presuntos abusos en Italia, pero Franzini aseguró que “este religioso llegó a la diócesis presentado por sus superiores sin la menor advertencia de estas supuestas situaciones de abuso que evidentemente habían existido antes”.

“En este sentido, quiero ser contundente: tengan la plena certeza de que en la Iglesia nadie quiere encubrir a nadie”, enfatizó el arzobispo.