Manifestantes se enfrentaron hoy con la policía en Río de Janeiro en protestas contra las fuertes medidas de ahorro que ese estado brasileño quiere aprobar para afrontar la crisis económica.
Unos 500 agentes de las fuerzas de seguridad emplearon gas pimienta y bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes, muchos de ellos funcionarios públicos, que se habían congregado frente a la sede del Parlamento regional de Río.
En la Asamblea debía tener hoy lugar la primera votación sobre el paquete de austeridad propuesto por el gobierno regional, que busca un ahorro de hasta 13 mil 300 millones de reales (unos 3 mil 900 millones de dólares) el próximo año.
Las medidas prevén recortes en programas sociales locales así como en los gastos de la administración pública. Muchos funcionarios se quejan ya hace semanas de que no cobran salarios desde hace meses. También la policía protesta por la falta de recursos.
Las protestas causaron tumultos delante de la sede legislativa carioca. El canal de televisión Globo News mostró imágenes en las que se podía ver una humareda delante de la Asamblea y oír disparos.
El paquete de ahorro es debatido desde el mes pasado por la Cámara.
En Río ya habían tenido lugar protestas similares en las últimas semanas. Según los cálculos del Ejecutivo regional de Luiz Fernando Pezao, el déficit en las cuentas públicas cariocas podría alcanzar los 52 mil millones de reales (unos 15 mil millones de dólares) hasta finales de 2018 en caso de que no haya ajustes.
El estado de Río declaró el estado de calamidad pública, equivalente a la emergencia financiera, poco antes del comienzo de los Juegos Olímpicos en agosto.
El decreto permitió a Río recibir una inyección de 900 millones de dólares, al cambio, del Gobierno central para poder organizar con éxito los Juegos Olímpicos. Los fondos ya se agotaron.
Brasil está sumido en una fuerte crisis económica, después de registrar un crecimiento sostenido en la década pasada. La economía más grande de América Latina cerrará previsiblemente 2016 con un retroceso de más del tres por ciento de su producto interno bruto (PIB) por segundo año consecutivo.