Cuando el diputado local Gerardo Buganza Salmerón planteó la propuesta para que Veracruz abandonará el Acuerdo de Coordinación Fiscal que tiene suscrito con la Federación, a lo mejor lo hizo porque ignora, por su calidad de ingeniero civil, que nuestra entidad federativa forma parte de una República Federal y no de una confederación de estados. Es decir, en el primer modelo hay un acuerdo explícito de unidad entre varios estados libres y soberanos que se llama Pacto Federal (artículo 40 de la Constitución), y que el constituyente de 1917 consideró como la forma de organización política del estado mexicano más adecuada para promover el desarrollo equilibrado de las partes que integran la nación.
De acuerdo con este marco constitucional, los estados de la República son libres y soberanos en todo lo que concierne a su régimen interior, pero están unidos en una Federación, como lo establece la propia ley fundamental o sea la Constitución General de la República. Por su parte, una confederación de estados como en su momento lo fueron los Estados Unidos al independizarse las 13 colonias, o más adelante la Comunidad de Estados Independientes que se formó ante la desintegración de la URSS o mucho más recientemente la Unión Europea, que forman y formaron una unidad con partes totalmente independientes una de la otra, sin un gobierno central y con un marco legal autónomo y desvinculado de los demás países que integran la confederación.
O sea, Veracruz no se manda solo, tenemos un Gobierno de la República, un gobierno representativo de todas las partes que son las 32 entidades federativas y al formar parte de ese todo unido, integrado e interdependiente tenemos derechos y obligaciones que acatar y cumplir, y una de esas obligaciones lo es precisamente el ‘pacto en materia fiscal y hacendaria’, que ha sido a pesar de todo, la mejor forma que nos pudimos dar en la República para resolver nuestros problemas en ese renglón del quehacer público, con todos los asegunes que le pudiéramos encontrar al sistema, más allá de que tenemos una recaudación que raya en lo exiguo y de que muchos nada más andan viendo cómo evadir y eludir sus obligaciones fiscales.
Creo que hay que ver las cosas sin tanta arrogancia y pensar que ‘Veracruz lo tiene todo y es capaz de valerse por sí mismo’. Como ya lo dije en una entrega anterior, yo no estaría muy seguro de eso, es decir de que con nuestras propias pulgas nos pudiéramos rascar. Quizá el quid esté más en el asunto que tiene que ver con las fórmulas que la Federación utiliza para repartir entre los estados y municipios la gran bolsa de lo que se llama la recaudación federal participable (RFP), que son el conjunto de recursos que percibe la Federación por concepto de impuestos federales, derechos de minería y una parte de los ingresos petroleros provenientes del Fondo Mexicano del Petróleo. Esta bolsa de recursos es de suma relevancia para estados y municipios, ya que de ella se desprenden los principales fondos de participaciones que les transfiere la Federación.
Pero por otra parte también, no hay recurso que alcance si este se va por el caño de la corrupción. Dinero hay, no sé en qué grado de suficiencia, pero los recursos bien administrados y bien invertidos logran transformar y mejorar comunidades, además, ya lo dije también en la entrega anterior, la labor de recaudar no es una cosa sencilla o fácil, tampoco creo que la clave esté en que la federación transfiera mayores potestades fiscales a los estados y municipios por la sencilla razón de que hay, en el caso de estos últimos, unas limitaciones administrativas ostensibles que les impiden llevar a cabo una recaudación eficiente y eficaz.
Sí, hay que mejorar por parte de los municipios en temas como un cobro más simplificado y no oneroso de los derechos, productos y aprovechamientos que le puede cobrar a la ciudadanía como el cobro de predial (ojo con la eficientización del predial que está llevando a cabo Américo Zúñiga en Xalapa), por el traslado de dominio de las propiedades, por permisos diversos, el cobro del agua y alcantarillado, limpia pública, etc., que no es que sean actividades que necesariamente tienen que reportar una renta para los gobiernos municipales, pero sí un margen adecuado que les permita ofrecer los servicios públicos municipales como la ciudadanía los requiere y demanda.
No hay manera de salirse del Pacto Federal en materia Fiscal, y yo diría que ni para qué moverle. Hay municipios en Veracruz que dependen para que puedan operar de 97% de los que la Federación les transfiere en materia presupuestal, y hay municipios en los que sí han sido bien invertidos esos recursos, ejemplos hay muchos, pero yo nada más citaría dos casos a manera de ejemplo: Xalapa y Orizaba, los que, a pesar de los pesares se encuentran trabajando.
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