Los habitantes de Londres enfrentaban un segundo día de caos en el transporte este miércoles debido a una nueva huelga de trenes que detuvo los servicios entre la capital británica y el sur del país y generaba la peor interrupción ferroviaria en dos décadas.
Cientos de miles de personas tenían dificultades para llegar a sus trabajos por un reclamo de los conductores de Southern Rail, quienes iniciaron el segundo día de una huelga de 48 horas por una larga disputa laboral en torno a la responsabilidad sobre la apertura y el cierre de puertas de los trenes.
Las partes del conflicto, la compañía Southern y los sindicatos RMT y Aslef, se reunirían en la jornada para buscar una solución, mientras están planeadas más medidas de fuerza para el viernes, la próxima semana y enero.
Southern -de Govia Thameslink Railway (GTR), un emprendimiento conjunto de la británica Go-Ahead, la francesa Keolis y el principal operador de trenes de Reino Unido- dijo a los pasajeros que no traten de viajar durante la huelga.
Según medios locales, el impacto de la medida sería el peor desde una huelga de empleados a mediados de la década de 1990.
La situación ha colmado la paciencia de muchos pasajeros, que este año ya debieron soportar varias huelgas en Southern, y algunos incluso han comentado que perdieron sus empleos por no poder llegar a tiempo debido a las sucesivas medidas de fuerza.