El presidente de Rusia, Vladimir Putin, estuvo personalmente involucrado en los “hackeos” a instituciones y personas de Estados Unidos durante la elección presidencial, en venganza contra Hillary Clinton, reveló hoy la televisora NBC.
La televisora indicó que funcionarios de inteligencia, “con un alto nivel de confianza”, colocaron a Putin detrás de esas acciones y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) respaldó esta conclusión.
Esto pese a que en octubre pasado el Directorio Nacional de Inteligencia (DNI) y el Departamento de Seguridad Interna (DHS) culparon a Rusia de la filtración de correos electrónicos.
NBC citó a dos altos funcionarios con acceso directo a la información, quienes indicaron que nueva información de inteligencia muestra que Putin personalmente dirigió la manera de cómo el material “hackeado” a los demócratas fue filtrado y utilizado.
Una fuente de inteligencia citada por NBC caracterizó los objetivos de la campaña ordenada por Putin como “multifacéticos”, pues lo que se inició como una “venganza” contra Clinton se transformó en un esfuerzo por demostrar la corrupción en la política estadunidense.
La venganza contra la candidata presidencial demócrata habría sido motivada como represalia por las críticas que hizo como Secretaria de Estado sobre las elecciones parlamentarias en Rusia en 2011, cuando expresó “serias preocupaciones” sobre el proceso.
La fuente indicó que otro de los objetivos finales de los ataques cibernéticos fue “separar a los principales aliados de Estados Unidos, creando la imagen de que (otros países) no podían depender más de Estados Unidos como un líder global”.
La revelación de NBC se sumó a la serie de informes oficiales y de prensa que han colocado a Rusia en el centro de los ataques cibernéticos contra el Comité Nacional Demócrata (DNC) y el presidente de la campaña presidencial de Clinton, John Podesta.
Los correos filtrados en su mayoría por el portal electrónico WikiLeaks provocaron una crisis interna en el Partido Demócrata antes de su convención nacional en agosto pasado, que a la postre forzó la renuncia de la presidenta del DNC, Debbie Wasserman Schultz.