Soy un convencido –y así lo he expresado en otras ocasiones- de que no había más alternativa para combatir al crimen organizado, más que el estado le entrara con todos los recursos que tenía a su alcance, incluidos por supuesto el Ejército y la Marina. Aquello de que dicen algunos, incluido Andrés Manuel, de que Calderón lo único que hizo fue espantar el avispero provocando que se espantaran y diseminaran las avispas, con todo respeto me parece una lectura simplista que no explica ni le agrega nada para entender el grave problema de la delincuencia organizada y sus desastrosas consecuencias.
A mí me parece que Calderón no tenía otra alternativa, regiones enteras del país pedían a gritos la intervención del Gobierno Federal, ya no podían contener a la violencia que se había desatado y apoderado –y no estoy exagerando- de estados como Michoacán, Guerrero, Tamaulipas y Sinaloa cuando menos. Las mismas autoridades locales pedían a gritos el auxilio de la Federación como fue el caso concreto de Lázaro Cárdenas Batel, la familia michoacana y los caballeros templarios eran en realidad los que mandaban en el estado purépecha, tenían bajo su dominio el puerto de Lázaro Cárdenas-Las Truchas, su presencia era asfixiante y era ya insostenible.
Se alega que estuvo mal el diagnóstico, que Calderón nunca calculó las gravísimas consecuencias de haberle declarado la guerra al crimen, que, según esto había otras alternativas aunque no se dice o no han dicho cuáles eran esas otras alternativas según sus críticos. Yo no pretendo hacer una defensa a ultranza del ex presidente panista, para empezar yo no voté por él y tampoco soy panista, pero aquellos que alegan que había otros caminos para enfrentar a la delincuencia que nos digan cuáles eran esos caminos, es decir el cómo, con qué y cuándo. ¿Ellos hubieran empezado por legalizar las drogas?, ¿Hacerse de la vista gorda y dejar a la libre acción de la delincuencia organizada?, ¿Establecer estancos o cotos de poder en donde los delincuentes pudieran actuar a su libre albedrío?, ¿Desconocer el marco de colaboración que nuestro país tiene pactados con otros países, sobre todo los Estados Unidos para combatir y castigar el tráfico de estupefacientes?, ¿Declinar a la rectoría del estado permitiendo para permitir que los grupos organizados de la delincuencia se apoderaran de grandes regiones para brindar seguridad pública bajo sus propias condiciones y reglas?
No sé sinceramente cuáles pudieran ser esas otras opciones o alternativas, ni tampoco cómo substituir la presencia del Ejército y la Marina en esta lucha si las policías estatales y municipales no están preparadas para hacerle frente a una delincuencia que las supera en capacidad armamentística y organizativa. Eso sin contar que la DO actúa bajo sus propias reglas y condiciones descarnadas e inhumanas. ¿El Ejército y la Marina entonces deben permanecer en las ciudades en apoyo a los gobiernos estatales y municipales?, pues sí, sino que le pregunten a los gobernadores y a los presidentes municipales que qué van a hacer si estas fuerzas de apoyo se regresan a sus cuarteles y a sus zonas navales.
No hay mucho qué hacer más que preparar a las fuerzas policiacas locales, pero con todo eso su capacidad de respuesta para combatir al crimen está muy por debajo de las capacidades del crimen para delinquir. Ahora de que hay que darle a la actuación de las fuerzas castrenses seguridad mediante una ley que las regule, de eso no hay duda. Creo que parte de este enorme fracaso que significa el no tener a estas alturas fuerzas policiacas capaces después de 10 años de lucha continua contra el crimen, pasa por el hecho de que el gobierno federal actual desapareció a la Secretaría de Seguridad Pública Federal, que debió haberse convertido en todos estos años en la instancia coordinadora de todas las fuerzas policiacas en el país y el semillero de proporcionara, capacitara y preparara a los futuros cuerpos policiales del país.
Tránsito debe estar en manos de los gobiernos municipales.- Después de los lamentables hechos ocurridos antier en la avenida Lázaro Cárdenas de la ciudad capital, en donde perdieron la vida cuatro personas, lo único que queda es sumarse a la petición que hace el alcalde Américo Zúñiga para que las corporaciones de Tránsito, vialidad y de regulación del transporte público a nivel municipal pasen a formar parte del control de ayuntamiento. Sé que esta medida no va a devolver la vida a las personas que fallecieron en ese trágico accidente. Ojalá el gobierno del estado valore esta posibilidad, así las ciudades veracruzanas como la capital Xalapa tendrían una mejor vigilancia y orden en la materia.
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