Todos tenemos una experiencia que contar buena, mala o regular a bordo de un taxi, pero recientemente escuché dos que son de terror. Ambas involucran a mujeres jóvenes.
Las quejas más comunes de un taxista es que te cobró de más, tomó la ruta más larga y congestionada, iba con música de chunchaca a todo volumen o la unidad estaba en mal estado y con un pésimo olor. Esas molestias las podemos soportar porque digamos que solo son 20 o 30 minutos de traslado y atenderá una necesidad: llegar con bien a tu destino.
Que te lleven por otro camino, te saquen una navaja para asaltarte o abusen sexualmente, no es algo que tengas en mente. Lamentablemente ocurrió en la ciudad de Xalapa, en hechos diferentes, con dos mujeres.
A una de ellas el taxista la empezó a llevar por otra ruta, cuando lo cuestiona, asegura que es para acortar camino. Minutos después supo sus verdaderas intenciones; le arrebató sus pertenencias, mochila y celular, pero sobre todo le quitó su tranquilidad pues le sacó un arma punzo cortante para amenazarla. Y la dejó en medio de la calle desconcertada.
El otro caso fue peor, la chica fue ultrajada en lo más personal e íntimo. Omitiré los detalles.
El taxi es un bien público que el estado delega en unos cuantos, en el que debería existir una revisión exhaustiva de las concesiones que se otorgan, quién la recibe (que goce de buena reputación porque atenderá a la comunidad), cómo brindan el servicio, en qué condiciones se encuentran las unidades, cumplen con medidas de seguridad y protección civil, respetan las tarifas, están capacitados…
La RAE define «concesión» como: «negocio jurídico por el cual la Administración cede a una persona facultades de uso privativo de una pertenencia del dominio público o la gestión de un servicio público en plazo determinado bajo ciertas condiciones».
En aras de la transparencia y bajo la premisa de máxima publicidad, el IVAI ordenó a la Secretaría de Seguridad Pública dar a conocer los nombres de las personas que tienen las concesiones de los taxis. La información tiene el carácter de obligación de transparencia al tratarse de un bien público como mencionaba.
También tomaron en cuenta una resolución anterior de lo que era el IFAI y ahora es INAI, en la que los comisionados señalaron que «Concesiones. La información que se proporciona para su otorgamiento, renovación o conservación y la derivada de su cumplimiento es pública».
En xalapa se supone que circulan 8 mil 786 taxis concesionarios, yo solo mencioné dos casos lamentables, -aclaro- no generalizo. Me han tocado buenos conductores que solo cumplen con su trabajo y como extra te dicen una palabra amable o te regalan una sonrisa.
En la zona conurbada Veracruz- Boca del Río son casi 10 mil taxis oficiales, porque sabemos que hay unidades apócrifas y números duplicados.
Hay que decirlo también que los taxistas han estado expuestos a la violencia y han sido víctimas de hechos delictivos. Algunos han optado por no trabajar de noche, aunque limiten los recursos para la familia.
Sin duda será un parteaguas conocer cómo se han asignado las concesiones de taxi en los últimos años, pero se hace necesario hacer una revisión exhaustiva de las condiciones en las que prestan el servicio y que se saque de inmediato de circulación las unidades patito o sin permiso para trabajar, sin simulaciones.

Un poco de humor para Navidad. Maitena da «buenas razones para detestar las fiestas»:
-Porque dan trabajo
-Porque te deprime la alegría obligatoria
-Por ser vegetariana, abstemia, atea y huérfana
-Porque no tienes dinero
-Porque no sabes con quién pasarla
-Porque ya sabes con quien la vas a pasar

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