Jason Miller, uno de los futuros integrantes del equipo de comunicación de presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, renunció al cargo que ocuparía a tan sólo dos días de que fuera nombrado.
De acuerdo a lo señalado por medios de comunicación, la dimisión del colaborador del magnate, se debe a que su esposa está embarazada, sin embargo algunos reportes periodísticos apuntan a otras versiones.
Fue apenas el jueves pasado cuando Miller fue designado por el ex candidato republicano como director de comunicaciones, sin embargo de acuerdo a lo señalado por él mismo, asumir el cargo le impediría estar el tiempo necesario con su familia, pues incluso previo a su designación, ya había fungido como uno de los principales portavoces de Trump.
La esposa de Miller dará a luz en enero próximo su segunda hija y para su marido, según dijo en un comunicado, su familia será su «prioridad más importante ahora» y en esta etapa no puede asumir un puesto «tan exigente».
Debido a su renuncia, Sean Spicer, quien también ha figurado como un portavoz del equipo de transición presidencial, será el relevo de Miller al asumir el cargo como secretario de prensa de la Casa Blanca cuando asuma Trump, el próximo 20 de enero.
A pesar de ello, el diario neoyorquino The Daily News publicó una versión diferente, al apuntar que el vocero del equipo del magnate tiene fama de mujeriego, por lo cual citó una serie de tuits de una colega que apuntan a un «escándalo sexual».
Una de las publicaciones en la red social calificaba a Miller como «la versión 2016 de John Edwards», un antiguo senador demócrata que renunció tras descubrirse que había tenido un hijo con su amante y quien trabajó para él en su campaña electoral.