¿De verdad existe el felices para siempre? ¿Vivimos en un mundo en el que no existe el amor para siempre, como el de nuestros abuelos? Si nos casamos ahora, ¿nos separaremos? Son preguntas que, viendo como año tras año no deja de crecer la tasa de divorcios y separaciones en nuestro país (y en los de alrededor, que no somos los únicos), no es de extrañar que nos hagamos. Y es que, solo con ver que en España en 2014 hubo 100.746 divorcios según el INE (una cifra que supone un aumento del 5,6% respecto al año anterior), la historia del happily ever after deja de cobrar sentido.
Pero, ¿por qué nos divorciamos? ¿Nos casamos con quién no debemos? ¿Somos demasiado egoístas? ¿O es lo que damos el paso cuando no tenemos que hacerlo? Esta última pregunta podría ser la respuesta, ya que, según un estudio estadounidense, existiría una edad perfecta a la que casarse si queremos evitar que lo nuestro acabe en fracaso, ya que las probabilidades de divorcio descienden significativamente.
Según los datos que publicó The Institute of Family Studies, si queréis que lo vuestro dure para siempre, debéis casaros a los 32 años, ni más ni menos. Al parecer, las parejas que contraen matrimonio en esta edad tienen un 11% menos de posibilidades de divorciarse que las que lo hicieron antes, cuando se encontraban en la veintena, o después, cuando ya se rondan los cuarenta. Y es que, según los expertos, en la treintena nos situamos en una etapa mucho más madura de nuestra vida, lo que nos lleva a tomar decisiones de forma mucho más consciente y responsable; por eso, igual que si quieres ser madre, los treinta son la edad perfecta.
Sin embargo, a los veinte nos falta madurez, por lo que no solemos valorar todos los pros y contras de lo que supone formalizar una relación de forma adecuada, por lo que el gran paso se da (en algunos casos) sin la suficiente reflexión; de hecho, si te casas a esta edad es cuando te expones a una mayor probabilidad de divorcio. Y luego, a los cuarenta, puede que la decisión de contraer matrimonio esté influida por la presión social y el miedo a la soltería, por lo que los matrimonios también pueden fallar.
Eso sí, como todo en esta vida, el matrimonio no es más que una decisión personal. Tengas la edad que tengas, si crees que tu pareja es la persona adecuada, no lo dudes. ¡Da el paso!