Hace algunos años sucedió la llamada «Primavera Árabe», a la caída de gobiernos dictatoriales como efecto, entre otros, de masivas y permanentes movilizaciones ciudadanas. Mucho se habló del relevante papel de los medios de comunicación y de las redes sociales en las convocatorias y los procesos informativos de los manifestantes. Sin duda mucho tuvieron que ver las posibilidades de comunicarse al margen de los medios tradicionales que, como en todo el mundo, formaban parte del aparato de control de gobiernos autoritarios. Al paso de los años son variados, en algunos casos regresivos, los resultados de los cambios en esos países. La experiencia vivida en esos casos demostró que las redes trajeron oxígeno democratizador y juegan un papel significativo en los cambios pero no son, por obviedad, garantía de algo más. Son información y convocatoria si de cambios políticos se trata.
En México, ha sido acelerado el acceso de la población a las redes, solo condicionado por la cobertura y costos del internet. Somos muchos millones de mexicanos los que navegamos e interactúamos en el internet, con efectos cada vez más influyentes en los comportamientos sociales. La crisis de los medios tradicionales de información es contundente y acelerada, dejándolos para consultas marginales y dependientes de intereses políticos. La falta de credibilidad y de imaginación están siendo muy severas con el duopolio televisivo, en pérdida acelerada y abismal de público e ingresos. El acceso a internet y a las redes sociales está provocando cambios muy importantes en las posturas de la gente y en el comportamiento de los funcionarios públicos.
Vamos a un proceso formativo en el uso de las redes, son como en la vida misma donde se aprende, se cometen errores y hasta se abusa. De lo que ya no hay duda es del impacto central en el acceso a la información y en las convocatorias de la gente. Ahora es muy sencillo comunicarse en tiempo real, cuando ocurren los hechos, sin intermediarios; esa ya es una realidad con la que tenemos que convivir y aprender. Este proceso elude controles y muestra a la gente, incluidos los poderosos y los abusivos, en su realidad. Con un sencillo video se han podido denunciar actos de corrupción y atropellos; con una transmisión en Periscope se presentan posturas y actos pero también se convoca. Los niños y los jóvenes ya viven esta realidad comunicativa, la van a perfeccionar y a lanzar mucho más alto; no van a permitir menos de lo que ya usan.
Los líderes y gobernantes que no se actualicen quedaran marginados de la modernidad, pasarán al anonimato y se verán muy disminuidos. Hablar en directo supone preparación, mostrarse tienen enormes virtudes y riesgos, puede presentar a alguien con conocimiento y a otros huecos. En general en Veracruz, los políticos van al día en estas materias, intentando no quedar atrás de los procesos actuales de comunicación. Desde su campaña el Gobernador Yunes ha utilizado los recursos tecnológicos y a las redes para enviar sus mensajes, eso lo pone a la vanguardia en la escena pública y le permite llegar directamente a la población.
De los fenómenos que han resultado de las redes hay uno que merecerá un análisis detallado, la llamada postverdad: se trata del manejo imaginario, doloso o no, de ciertos hechos y personas sin que consten o, incluso, sin que existan. La inmediatez informativa permite que se den por ciertos los datos que circulan en las redes creando una auténtica realidad virtual, no por los instrumentos sino por sus efectos. En la maraña y complejidad de la información y datos puestos frente a nosotros hay el gigante reto de encontrar lo cierto y lo sustancial; esa es toda una tarea para la sociedad.
Recadito: Con mi abrazo van mis deseos de que sus planes y metas se cumplan en el Año Nuevo 2017…
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