«Entiendo perfectamente el enojo y la preocupación de que con el precio de la gasolina suba todo. A mi tampoco me hace gracia pagar más. Pero es necesario analizar que más del 53% de la gasolina es importada, y se cotiza en dólares, y como el peso se ha devaluado, cuesta más. Además, el precio de la gasolina también está vinculado al precio del petróleo, el cual también ha venido subiendo. Estas son dos realidades que tenemos que aceptar. Aún con los incrementos que vienen, la gasolina en México será de las más bajas de la OCDE. Lo que urge es que lleguen las inversiones en infraestructura, refinerías, etc,, y que haya competencia». Es parte de lo que escribe la ahotra profesora del MIT.