zairosas.22@nullgmail.com
La cena familiar ha llegado, se sientan todos los miembros con el teléfono a un lado, las felicitaciones a distancia permiten que nos acerquemos con quienes se encuentran hoy a kilómetros, los más pequeños no necesitan más que una pantalla para sobrellevar la noche, unos pocos, quizás los mayores dialogan entre sí, el cariño no se ha perdido, pero las formas han cambiado, la prioridad está en convivir con los más cercanos, es la fecha y la costumbre, es el momento de dar y celebrar a quienes amamos y también de compartir nuestras bendiciones con los demás.
Ha pasado navidad, hemos disfrutado el recalentado y ahora nos disponemos a iniciar la lista de propósitos, esos que reflejan infinidad de intenciones pero que la mayoría de veces se quedan sólo en eso, una lista que siempre incluye cuidar de una forma u otra nuestra salud, disfrutar más de la vida con algún pasatiempo, aprender algo nuevo o cumplir con aquello que nos hemos propuesto desde años atrás pero por alguna razón nunca llegamos a la meta. ¿Por qué esperar? Pocas son las personas que realmente enfocan su energía y trabajan por construir sus sueños, no les culpo, los tiempos han cambiado.
No culpo la falta de dedicación, yo misma he flaqueado algunas veces, dedicando mi atención a la pequeña pantalla, descuidando a quien tenía enfrente. Me disculpo por esos minutos desperdiciados en los que dejé ir una verdadera conexión por enfocarme en pláticas que bien podían esperar como lo hicieron antaño. Entiendo que la actualidad nos consume, que el caos del ir y venir es incesante y en ocasiones pareciera que los sueños pueden esperar.
Tristemente los sueños no esperan y el tiempo es sumamente relativo, tampoco esperan las amistades ni la vida, todo cambia y se transforma en un santiamén, los propósitos no son para el comienzo del 2017, son para trabajar desde hoy, si buscas bajar de peso no esperes al primero de enero, el día para comer mejor es hoy, si buscas ser más culto corre a una librería, busca un audiolibro si lo que te falta es tiempo pero no le permitas al trabajo consumir tu vida, tampoco dejes de lado las relaciones de aquellos que tanto te importan, quizás mañana no tengas esos 5 minutos en los que preferías mirar tu celular.
Date la oportunidad de vivir cada día al máximo, de retomar esos valores que de vez en cuando hemos olvidado, no deberíamos disfrutar y predicar de cada sonrisa sólo en una fotografía, vive de tal manera que el recuerdo perdure más allá de una selfie, que el año sirva para un nuevo comienzo en el que dejes atrás rencores y vibras que carcomen, mi propósito original al escribir era hablar del mal periodismo, de los gobiernos corruptos y el cambio que tantos anhelamos, sin embargo ¿qué sentido tiene seguir con un círculo vicioso? Esta es la etapa de renovación, de soñar y trabajar por cada una de las ilusiones y mi mayor ilusión es ver un entorno positivo, que propone y trabaja por su desarrollo, el cuento de los medios vendidos, los políticos incumplidos y la corrupción lo sabemos todos, así que mejor enfoquémonos en ser partícipes del cambio en la historia, propongamos, actuemos y vivamos como nos gustaría. Libres, tranquilos y cuidándonos unos a otros, el mejor comienzo es el que damos seguros y por nuestra cuenta.
Al final mantengo la ilusión de cada año al dar las 12 campanadas, esperando que todo sea aún mejor, y no me resta más que enviar a todo el que esté leyendo esto mis mejores deseos y que el 2017 juntos hagamos frente a cada uno de los retos, como bien decía Steve Jobs, el tiempo es limitado no lo desperdicies viviendo la vida de alguien más, atrévete a perseguir aquello que deseas.