Durante siete temporadas esta popular serie de televisión ha mostro la violencia que surge después de la desaparición de la sociedad formal a causa de una epidemia mortal y la aparición de los “muertos vivos”. Estos “muertos” deambulan sin conciencia y con el solo objetivo de comerse “a algún descuidado vivo”; mientras que los sobrevivientes en cada una de las temporada nos han mostrado los intentos de organizarse bajo distintos sistemas de gobierno, unas veces se han regido por la democracia, otras por una dictadura, otras por un consejo y así han pasado de temporada en temporada sobreviviendo sin mucha esperanza buscando y saqueando para sobrevivir lo que una sociedad moderna deja al desaparecer su sistema de gobernanza.
Nuestro país sin entrar en guerra, sin una catástrofe climática o accidental la semana pasada una parte de nuestra sociedad nos sorprendió mostrándonos que tan rápido pueden olvidarse de todo y transformarse en hordas; sin plantearse un mínimo de respeto simplemente decidieron romper el pacto social de convivencia y asaltar para obtener bienes de consumo hedonista. No fue hambre lo que movió a esta gente; los comestibles no fueron saqueados; no fue ansia de libertad o conciencia, las librerías no las tocaron; televisores, teléfonos, tabletas, computadoras, video juegos, tenis, ropa fueron los objetos del deseo de estos delincuentes.
Estos grupos saquearon y robaron por “el alza de la gasolina”, se organizaron y comunicaron vía, “wasapee” y “Face”, rápidamente sintieron que “esa era su responsabilidad” protestar por un bien que se nos fue de las manos a todos los mexicanos: Durante años vivimos como la cigarra en verano en la seguridad que nunca pasaría nada con el petróleo, viviríamos con precios altos, una industria fuerte, lo demás no importaba. Nuestra triste realidad es que vivimos en la “séptima temporada de The Walking Dead”: con problemas que nos están superando, con las amenazas del gobierno de Trump y nosotros dándole la razón que somos eso que él piensa y más.
Los venezolanos viven la peor época de desabasto alimentario de su historia y no salieron a la calle a robar; los sirios salen de su país en guerra con hambre, enfermedades y una vida incierta y no van destruyendo a su paso el suelo que pisan. Los cubanos han vivido décadas con un embargo y han sobrevivido.
¿Qué paso? ¿Realmente somos esa sociedad que nos reprocha Trump?
Las chusmas como guiados por “Negan y su bate de puas Lucille” rápidamente se organizaron en taxi y motos para atacar centros comerciales, negocios pequeños y grandes, aquí no valió que los empleados de estos negocios asaltados seguramente la mayoría perderá su empleo; las pérdidas para muchos negocios serán difíciles de superar. Para los miles de veracruzanos que perderán su empleo el alza de la gasolina será un problema menor, esto no será cuestión de llenar un tanque o estrenar una nueva tele o cambiar de celular; aquellos que saquearon estarán satisfechos en sus casas con lo robado. Después veremos cómo clamaran clemencia los delincuentes porque solo fue poquito lo robado.
La Ford, la Fiat se doblegan ante Trump y cambian sus planes de establecerse en México, una de nuestras mejores fortalezas la industria automotriz; la mano de obra especializada considerada como una de las mejores del mundo seguramente sufrirá un descalabro. Pero nuestra otra fortaleza esa que pensamos que siempre estará ahí: el turístico que le depara; Acapulco es una muestra de un futuro sombrío, pasa por su peor época a causa de la violencia e inestabilidad.
¿Acaso queremos que nuestros demás centros turísticos pasen por lo mismo? ¿Qué imagen estamos mandando? Ya no solo es la violencia de la delincuencia, somos una sociedad violenta
¿Dónde quedo esa amabilidad?
¿Los “muertos vivos” nos comerán?
La respuesta está en nosotros como sociedad, somos más que esas hordas.
Contacto: mas_trigos@nullhotmail.com
* Zeus le da al hombre para regir sus ciudades Aidós q Díke (conciencia moral y justicia).