CON GRILLA O SIN ella, Felipe Amadeo Flores Espinoza, optó por tomar el mejor camino.
Su renuncia estaba anunciada y quienes los sostenían en la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional, olvidaron que los tiempos son otros, que las circunstancias son otras y que, como todo en la vida, se requiere de transformación.
La petición de darlo de baja, surgió hasta en el mismo seno del tricolor estatal. Ahí había inconformidad porque no se hacía lo necesario para resolver la problemáticas en que se vino metiendo la organización política.
Así, quienes hayan sido, quienes hayan intervenido para que se diera la renuncia del hombre originario de Cotaxtla, famoso por haber sido funcionario estatal en varias ocasiones, diputado local y federal, es lo que menos importa en este momento. Las cosas ya se dieron y todo parece indicar que era lo mejor que pudo haberle pasado, porque vienen tiempos muy difíciles y compromisos muy fuertes que quizá, después de la debacle del cinco de junio pasado, no pudiera enfrentar y menos que pudiera salir airoso.
Al PRI, se le considera muerto. Respira, pero no se puede mover, salvo que sangre nueva venga a renovarlo, a darle fortaleza y sacarlo de su propia tumba.
De esta manera, surgen nombres de políticos con experiencia, con deseos de hacer algo todavía por este partido, en el Estado. El mismo Américo Zúñiga Martínez, alcalde de Xalapa, ha sido mencionado, aunque claramente ya dijo que su deseo es permanecer al frente del Ayuntamiento, porque ese es su compromiso y ese es su deseo de cumplir cabalmente con quienes lo eligieron.
Lo de Ricardo Ahued Bardahuill, es tan solo una propuesta, pues tampoco aceptaría, sobre todo, porque siempre ha ocupado puestos de elección popular a través de esta organización política, pero es bien sabido que su militancia definitiva nunca ha sido corroborada. Ha preferido siempre manejar a su propia imagen para los casos en que ha participado políticamente.
Si a Ricardo, lo ha avalado el PRI, la verdad de las cosas, ha sido por aprovechar la imagen del empresario, pero nunca porque haya sido un militante más de este partido, pues Ahued Bardahuill, siempre supo que su persona era mejor aceptada que el propio partido que lo respaldara.
Por eso, quizá, no aceptaría el ser dirigente estatal.
El caso de Renato Alarcón Guevara, es especial, porque siempre ha sido su sueño dorado ser alcalde de Xalapa. Tiene todas las ventajas en este momentos y es un hombre aceptado por la población, más cuanto se ha destacado por su trayectoria política y su trabajo permanente dentro del ISSSTE, donde ha dado los mejores resultados.
¿Quien, pues, de todos, para dirigir al Partido tricolor?
La pregunta esta en labios de todos, tanto de los militantes, como de los más destacados priistas, pues muchos hay que quieren encabezar a este partido, pero tiene mucha cola que les pisen, sobre todo, a personajes ligados, todavía, con el pasado inmediato.
Así las cosas, “se busca dirigente”. Y este parece ser el cartel imaginario que se ubica en la segunda planta del edificio partidista de Francisco Moreno y Ruiz Cortines, donde se reciben propuestas, siempre también, con las mejores referencias de quien quiera subirse a este proceso de selección interna.
Mientras tanto, nombres van, nombres vienen y es posible que conforme transcurra el tiempo, esto se vuelva un verdadero grillerío, pues no faltan quienes presionan y buscan que vuelva parte del equipo del pasado, aquél que ha salido por piernas y que hoy se le espera en Veracruz, pero no con los brazos abiertos como pudiera ser para verdaderos personajes, sino con ordenes de aprehensión para que respondan por los daños generados al patrimonio del Estado.
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PARECE QUE AL Presidente de la República, le esta pasando todo.
Quienes han tenido acercamiento en el altiplano, con políticos pertenecientes a la cúpula del poder nacional, aseguran que hay desesperación por las decisiones que han tomado hace pocos días, principalmente, con el caso de los combustibles.
Si era necesario, quizá, sería cuestión de análisis, pero la aplicación de este incremento no fue en el mejor momento.
Y todo indica que el mandatario federal, se ha dado cuenta, aunque todo parece que se da muy tarde.
Ahora ha querido hacer el llamado a los principales sectores de la población, principalmente, a los empresarios, para respaldar un nuevo programa, aparejado al caso de los incrementos a los combustibles, pues éstos, efectivamente, están generando mayores problemas con la escalada de nuevos precios en productos de primera necesidad.
Por eso, se sacan de la manga una estrategia de respaldo a la economía nacional, es decir, a buscar paliativos para proteger a las familias.
Solo que los empresarios, no quisieron aceptar la propuesta y buscan, mejor, otras alternativas que ya han hecho llegar al mandatario nacional.
Nadie quiere, en estos momentos, echarse este trompo a la uña y prefieren ver con más calma lo que se puede hacer, pero no en la improvisación como acusan ya a la propuesta presidencial.
Y es que el país, ha entrado, definitivamente, en una verdadera crisis económica, la peor de los recientes años y que le toca hoy al Presidente Peña, resolver.
Vaya, compromiso nacional, por equivocadas políticas económicas.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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