El próximo viernes 20 de enero tomará posesión como el 45 presidente de los Estados Unidos de América Donald John Trump, y a partir de esa fecha su país, el nuestro y el mundo entero ya no volverán a ser los mismos. Se acabó la política del ‘buen vecino’ –si es que alguna vez la hubo-, y comenzará una nueva época en el globo que quién sabe qué sorpresas desagradables nos deparará. Tómenlo con calma y las debidas reservas del caso, no quiero pecar de alarmista pero pronto podríamos estar viendo un despliegue impresionante de buques de guerra por todos los mares del mundo nada más por cualquier cosa.
Y es que más allá de que nuestro país sigue siendo el blanco favorito de los ataques y de los afanes ‘justicieros’ del magnate de marras, su virtual asunción a la primera magistratura del todavía país más poderoso del planeta ha encendido las alarmas y los focos rojos de los principales líderes mundiales.
Por lo que respecta a nosotros, la verdad es que nos ha prodigado tantas ofensas y denostaciones que yo en lugar del presidente Peña Nieto y en voz del canciller Luis Videgaray le debería decir que mejor nos miente la madre. Donald Trump se burló del presidente Enrique Peña y de México. Al gobierno mexicano no lo baja de nice, y a la gente de México también nos dice que nos ve muy nice, y este calificativo como ustedes saben quiere decir amable, pero en la voz de este hombre suena a que nos pasamos de buenas gentes, ustedes me entienden. Sí presidente, mejor dígale a Trump que nos la miente porque no nos creemos su burla indulgente.
Somos tan pero tan buenos que, según él vamos a pagar por el bonito muro que va a buscar se construya tan pronto se inaugure su gobierno. Somos tan pero tan buenas personas que tendremos que aguantar que las empresas fabricantes de cualquier manufactura que se exporte desde aquí a los Estados Unidos bajo las reglas del acuerdo comercial que contempla el TLCAN, próximamente tendrá que pagar un arancel especial fronterizo por el solo hecho de haber sido fabricado en México para ser exportado a los Estados Unidos. Lo que les está diciendo a los fabricantes de lo que sea, sobre todo de empresas norteamericanas, que en sus manos está el derecho de seguir fabricando en México, nada más que ahora tendrán que pagar un impuesto especial.
Y Trump, desde la posición asimétrica que sabe que tiene su país en relación al nuestro, condescendiente, paternalista, burlón, sobajándonos y abusando de nuestra debilidad, ha sugerido que Peña Nieto y a quien le pongan enfrente para negociar lo que a ustedes se les ocurra va a bailar al ritmo que él nos toque, así sea Videgaray, Meade o el que sea. Trump no entiende de razones, para él el arte de la negociación es ganar y ganar, con todas las ventajas por supuesto para el ganador. Y así va a hacer con las remesas, de seguro ya está pensando cómo chingar a los mexicanos de allá que mandan en conjunto más de 20 mil millones de dólares anuales a sus familiares en nuestro país.
El mundo a partir del 20 de enero va a ser un gigantesco reality show y Trump, una especie de histrión lo más parecido a la reedición moderna del Guasón que encarnó el actor cubano norteamericano en la serie televisiva de Batman de los años 70, César Romero, burlándose de todos en el orbe y repitiendo lo que repite N veces en sus alocuciones verbales tan pobres: “America is fantastic” y “We Are the number one in the World”. Pero no todos los países son México y tienen un presidente como Peña Nieto. China ya respondió y ya está hablando inclusive de la posibilidad de un conflicto bélico, y ya quiero ver a Trump imponiéndole condiciones a los alemanes o a los japoneses, o a la Unión Europea en su conjunto. La forma en la que se pueda entender con Rusia es unan incógnita, muchos piensan que Putin le sabe algunos secretillos de alcoba a Trump y materialmente lo tiene agarrado de las partes blandas.
Va a ser difícil sentarse a negociar con un hombre que no es político, que su lógica de negociación es otra, el pragmatismo es lo suyo, la racionalidad y las buenas maneras a que obligan la administración pública y la diplomacia no van con él.
A ver cómo nos va, ya falta poco, crucemos los dedos y persignémonos por lo pronto.
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@marcogonzalezga