El presidente Barack Obama responsabilizó al Congreso por haberle hecho faltar a su promesa de cerrar la prisión militar de Guantánamo, en Cuba, diciendo que «simplemente no hay justificación más allá de la política» para mantenerla abierta.
Cuando se convirtió en presidente por primera vez, hace ocho años, Obama prometió cerrar la instalación durante su primer año, pero legisladores de ambos partidos bloquearon el esfuerzo.
Obama redujo significativamente la cantidad de sospechosos de terrorismo que están detenidos en la isla, de varios cientos a menos de 50, con la esperanza de establecer un caso financiero para cerrar la instalación de la era de Bush. Pero ese argumento no ha convencido a legisladores, muchos de los cuales objetan trasladar a los presos a prisiones en el territorio continental de Estados Unidos.
Al final, el Congreso prohibió el traslado de prisioneros a territorio estadunidenses por cualquier motivo.
La población carcelaria bajó a 45 esta semana, después de que Omán aceptó 10 detenidos, que funcionarios habían aprobado para ser puestos en libertad.
En su carta al presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, republicano por Wisconsin, Obama dijo que el jueves había un total de 41 prisioneros. Un alto funcionario del gobierno de Obama confirmó que otros cuatro reos había sido transferidos fuera de la prisión. El funcionario pidió anonimidad para hablar, de cara a un anuncio sobre los transferidos que se prevé dará el Departamento de Defensa el jueves.
«Las restricciones impuestas por el Congreso que evitan que encarcelemos a detenidos, incluso que presentemos cargos y nos aseguremos de que se cumplan las sentencias de cadena perpetua, en Estados Unidos no tiene sentido», dijo Obama en la misiva fechada el jueves, un día antes del fin de su gobierno. Destacó que nadie ha escapado nunca de una prisión estadunidense militar o de súper máxima seguridad.
«Simplemente no hay justificación más allá de la política para la insistencia del Congreso por mantener abierta la instalación», agregó Obama, reiterando su argumento de que seguir operando la prisión pone en peligro la relación de Estados Unidos con sus aliados y representa una amenaza continua a la seguridad nacional estadunidense.
Donald Trump dijo durante la campaña presidencial que quiere mantener Guantánamo abierta y «llenarla con algunos tipos malos». Eso puso presión al gobierno de Obama, para hallar países dispuestos a aceptar la mayor cantidad posible de prisioneros esta semana.