El Papa advirtió hoy que el dinero producto de los negocios “sucios” está manchado con sangre e imploró a Dios que toque el corazón de los mafiosos para que “se conviertan y cambien de vida”.
Al recibir en audiencia a miembros de la Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorismo de Italia, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, fustigó los “deplorables proyectos” de las principales organizaciones criminales de ese país: la mafia, la camorra y la ‘ndrangheta.
“El fenómeno mafioso, como expresión de una cultura de la muerte, se debe hostilizar y combatir. Se opone radicalmente a la fe y al evangelio, que siempre están por la vida. Los que siguen a Cristo tienen pensamientos de paz, de fraternidad, de justicia, de acogida y de perdón”, precisó.
Advirtió que la sociedad necesita ser curada de la corrupción, de las extorsiones, del tráfico ilícito de los estupefacientes y de las armas, de la trata de seres humanos, entre los cuales destacan muchos niños reducidos a la esclavitud.
Calificó a esos flagelos como “auténticas plagas sociales” y, al mismo tiempo, desafíos globales que la colectividad internacional está llamada a afrontar con determinación”.
Urgió a dedicar todos los esfuerzos posibles en el combate a la trata de personas y al contrabando de los migrantes, delitos que calificó de “gravísimos” porque golpean a los más débiles entre los débiles.
Al respecto, instó incrementar las actividades de cuidado de las víctimas, proveyendo asistencia legal y social a quienes van en busca de paz y de futuro.
“Cuantos huyen de los propios países a causa de la guerra, de las violencias y de las persecuciones tienen derecho de encontrar adecuada acogida e idónea protección en los países que se definen civiles”, defendió.
“Pido a Dios tocar el corazón de los hombres y de las mujeres de las diversas mafias para que se detengan, dejen de hacer el mal, se conviertan y cambien de vida. El dinero de los negocios sucios y los delitos mafiosos es dinero ensangrentado y produce poder inicuo. Y sabemos que el diablo entra por los bolsillos: está ahí la primera corrupción”, añadió.