El Papa Francisco sostuvo hoy que el “trágico sufrimiento” que produce el terrorismo fundamentalista en Medio Oriente se arraiga más fácilmente en contextos de pobreza, injusticia y exclusión social.
El pontífice realizó sus declaraciones en una audiencia con miembros de la Comisión mixta internacional para el diálogo entre la Iglesia Católica y las Iglesias ortodoxas orientales en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.
Lamentó los “actos terribles perpetrados por el extremismo” en varios países de esa región, causados por la inestabilidad generada por intereses a menudo externos, y conflictos precedentes que han producido condiciones de vida miserables, “desiertos culturales y espirituales en los cuales es fácil manipular e instigar al odio”.
“Estos sufrimientos de ustedes son nuestros sufrimientos. Me uno a ustedes en la oración, invocando el final de los conflictos y la cercanía de Dios a las poblaciones probadas, especialmente por los niños, los enfermos y los ancianos”, sostuvo.
El Papa aseguró que tiene en su corazón de manera especial a los obispos, los sacerdotes, los consagrados y los fieles víctimas de secuestros crueles y todos aquellos que han sido tomados como rehenes o reducidos a la esclavitud.
Afirmó que las comunidades cristianas del Medio Oriente, pese a sus sufrimientos, están llamadas a sembrar concordia y a reconstruir la esperanza, confortando con la paz que viene del Señor, una paz que juntos estamos obligados a ofrecer a un mundo herido y lacerado.
“Allí donde la violencia llama violencia y la violencia siembra muerte, nuestra respuesta es el puro fermento del Evangelio que, sin prestarse a las lógicas de la fuerza, hace surgir frutos de vida también de la tierra árida y albas de esperanza después de las noches de terror”, concluyó Francisco.