Tras 32 años de continuos rechazos en las pasarelas y también en la vida, la modelo nepalí Anjali Lama atrae estos días todos los flashes en la ciudad india de Bombay, donde mañana se convertirá en la primera transexual en desfilar en la prestigiosa Semana de la Moda de Lakme.
La joven desfilará para diseñadores de la talla del indio Suket Dhir, galardonado con el Premio Internacional Woolmark 2015/2016, durante los cinco días que durará el evento en la capital financiera india, informó hoy a Efe uno de los organizadores Ravi Bhasker.
No obstante, el camino hasta la cima no fue fácil para Lama, nacida en una remota aldea a unos 100 kilómetros al norte de Katmandú. Entonces la llamaron Nabin Waiba y pronto sus tendencias femeninas se convirtieron en objeto de las burlas de vecinos y familiares.
“Primero luché conmigo misma para saber quién era, luego con la sociedad”, reconoció a Efe la esbelta modelo de melena castaña, ojos rasgados y un rostro que revela rasgos masculinos.
Esperando encontrar más aceptación en la capital de su conservador país, Lama abandonó su aldea natal a los 17 años y, si bien no encontró lo que buscaba, sí se topó con el apoyo de un grupo de transexuales que enseguida pasaron a formar parte de su vida.
Aprendió entonces que no estaba sola en su lucha y pronto entró en contacto con la ONG por los derechos de los transexuales Sociedad del Diamante Azul.
“Ese fue un punto de inflexión en mi vida, fue una gran sensación de alivio que hubiese gente luchando por la identidad de individuos como yo”, detalló la modelo sobre la época en la que dejó de ser Nabin y desató a su verdadero yo, Anjali.
Aunque su familia le dio la espalda por su decisión, la elección de vivir su vida como una mujer le abrió, a cambio, las puertas del mundo de la moda.
Cuando trabajaba como activista por los derechos de la comunidad LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transexual), sus compañeros la animaron a probar suerte en las pasarelas y en 2007 participó en su primer evento de moda, organizado por una ONG.
Los elogios que obtuvo aquel mismo año al representar a Nepal en la competición de Miss Reina Internacional, un evento para transexuales llevado a cabo en Tailandia, le hicieron ver que era posible ganarse un lugar en las pasarelas.
Pero no desistió y se trasladó a Bombay, donde tras dos años de rechazos finalmente logró hacerse con un hueco en la Semana de la Moda Lakme, un hito que describe como el momento “más feliz” de su vida.
Espera que su participación en el evento sirva de inspiración para otros millones de personas que, como ella, son víctimas de la discriminación y también que le abra las puertas de las pasarelas de más alto nivel en Nueva York, Milán y París.
Quizás así consiga, además, los 25.000 dólares que quiere reunir para su operación de cambio de sexo.