Pamela Anderson ha decidido empezar 2017 con una estética muy alejada de la que nos tenía acostumbrada y ha atenuado el maquillaje, los peinados y los estilismos. Tal y como podemos comprobar, la actriz de 49 años lució su nuevo look natural el pasado viernes 27 de enero durante una gala celebrada en París, donde dejó boquiabiertos a los presentes.
Para complementar su vestdio blanco y negro de Vivienne Westwood, Anderson optó por una base de maquillaje clara y un rosado en sus labios, que resaltaba su brillante tez. Llevaba el pelo ligeramente más oscuro que su habitual rubio chillón, para exhibir sus pendientes de diamantes, y el peinado nada tenía que ver con el volumen por el que suele apostar.
Anderson, que apareció desnuda en Playboy el año pasado, admitió entonces no tener miedo a envejecer y parecer mayor. «Realmente me gusta el envejecimiento. Tengo grandes modelos femeninos mayores en mi vida, incluyendo a mi increíble madre, que tiene brillo, glamour y es toda diversión. Envejecer no es el final. Sé que tengo mucho que esperar», subrayó a W Magazine.
Soy un fanática del aceite de coco y me encanta el de SunLife. Creo que es muy bueno para tu piel, bueno para tu pelo, bueno para todo, desde adentro hacia afuera «, le dijo a Harper’s Bazaar. «Y yo sólo uso aceite de coco como el que cualquiera compra en la tienda y lo dejo en la ducha para usar como crema hidratante para mi cara, mi cuerpo, mi cabello, todo. No creo que esos productos realmente caros hagan algo mejor que los productos del hogar», añadió la protagonista de ‘Guardianes de la Bahía’.
Durante su estancia en Francia, Anderson aprovechó para visitar el campo de refugiados Grande-Synthe al norte del país galo en Dunkirk, donde convivió con niños, a quienes les llevó obsequios.
En su blog compartió la experiencia:
Acabo de irme de Dunkirk. Estoy sin palabras. Estoy tan enojada. Los niños son tan cariñosos y educados. Les di algunas cobijas, sombreros, guantes, fruta, libros para colorear y lápices de colores. Algunos tenían mucho miedo, por lo que no pudieron tener una cobija o crayones o una manzana. Fue un caos. Jamás olvidaré este día.
Imaginen que cada persona pudiera venir a ver esto. La política cambiaría. Es difícil enganchar a la gente para que actúen con empatía, y desafortunadamente mucha gente no lo hace al ver las noticias, pero, conociendo a las personas y verlo por ti mismo, cambia todo.
La gente solo está tratando de vivir. Animo a la gente que venga a visitarlos y sean voluntarios. Simplemente no es justo. Cerrar fronteras y cerrarse a la gente que está allá afuera no es la respuesta. Es retroceder’, escribió la actriz.