Terminé mi columna del pasado 18 de enero publicada en este mismo su portal (https://cronicadelpoder.com/2017/01/18/la-ley-es-la-ley/), con la siguiente afirmación y deseo a la vez: “Y no veo más límites a su beligerancia y belicosidad más que la ley y la fuerza de las instituciones estadounidenses. Nadie puede estar por encima de la ley y son una república en donde debe privar antes que nada el interés público y no la ceguera de un tipo al que Robert DeNiro no ha dudado en llamar ‘perro’. El servidor público o gobernante está obligado a hacer nada más lo que le permite la ley, y en los EUA hay una división de poderes públicos, verdaderos contrapesos. Esa es mi confianza, pero con un loco megalómano como Trump nunca se sabe. Ojalá que la boca se me haga chicharrón”.
Bueno, pues ayer un juez federal del Estado de Washington bloqueó temporalmente la aplicación en todo el país del veto migratorio decretado por Donald Trump a través de una orden ejecutiva. Esta sentencia, que aún puede ser apelada por el gobierno ante un tribunal superior, significa que no se podrá implementar la ya famosa orden ejecutiva que desde el pasado 27 de enero ha impedido el ingreso a Estados Unidos de refugiados e inmigrantes de siete naciones de mayoría musulmana (Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen), lo que ha provocado un caos casi casi a nivel mundial, con aeropuertos colapsados y multitud de protestas en muchos países, principalmente europeos e, inclusive, en los propios Estados Unidos.
Ya lo decíamos, nuestro vecino país del norte es una República y en esta forma de estado, el interés público está por encima de todo, inclusive por encima de los poderes públicos, es más, hasta en un país con monarquía constitucional y/o parlamentaria, ni siquiera el monarca está por encima de los ciudadanos y de la ley. Los límites del monarca como jefe de estado los fija la Constitución del país, pero salvo algunas excepciones, el parlamento o sea los representantes del pueblo están facultados para sancionar al monarca y, por supuesto también, está sujeto a procedimientos judiciales en caso de que viole una norma o a la propia constitución.
Lo contrario como se sabe de una República (como la nuestra: República representativa, democrática, laica y federal, artículo 40 Constitucional) o de una monarquía constitucional es una autocracia, que es un sistema de gobierno en el cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley, el poder es ejercido por una sola persona y el Estado está dispuesto de arriba hacia abajo. Un sistema autocrático en la actualidad claramente identificable es el de Corea del Norte, apoyado en un régimen militar muy duro.
“Hoy ha prevalecido la Constitución. Nadie está por encima de la ley, ni siquiera el presidente”, palabras del fiscal general de Washington, Bob Ferguson, tras conocer el dictamen. El fiscal añadió que esperan que el presidente Donald Trump “cumpla con esta orden” y que detenga su aplicación en los puertos de entrada al país (aeropuertos y estaciones migratorias). La sentencia firmada por el juez federal James Robart prohíbe a los agentes migratorios federales de todo el país aplicar la orden ejecutiva firmada por Trump.

En Xalapa, con todo respeto, ha habido de alcaldes a alcaldes.- Tengo un muy estimado amigo, que dice que el techo del actual alcalde de la capital es la administración de Ricardo Ahued y que esa meta, según él, va ser muy difícil que la supere. Yo creo que los dos: Ahued y Américo han sido, con suficiencia, los mejores alcaldes que Xalapa ha tenido en los últimos 25 años cuando menos. Y es que no se trata de menospreciar a nadie, pero los resultados están a la vista. Sí, todos los alcaldes le han dejado algo a la capital, pero Ahued y Américo marcan diferencia. Ahora ¿Que cuál de los dos está por encima del otro? A mí me parece que la obra desplegada por Américo hasta el momento está encaminada a superar a la de Ahued, eso me parece algo incontrovertible por más que se nieguen méritos al primero, sobre todo en estos tiempos de tantas carencias y limitaciones presupuestales, lo cual habla de una buena administración de los recursos públicos por parte de su administración. Pero hay otra cosa que me parece que es importante destacar en el actual alcalde, su institucionalidad, ha tendido puentes de entendimiento con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, lo que es bueno para los capitalinos. Ya en el pasado tuvimos a un alcalde que hasta la basura le fue a arrojar al gobernador a las puertas de palacio de gobierno, y eso no trajo los mejores resultados para Xalapa.
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