El Papa Francisco urgió hoy a los políticos y hombres de poder a hacer todo esfuerzo posible para acabar con el crimen, “ vergonzoso e intolerable”, de la trata de personas.
Durante su audiencia pública semanal, ante varios miles de personas congregadas en el Aula Pablo VI del Vaticano, el pontífice recordó que este día se celebra la Jornada Mundial de oración y reflexión contra la trata, que este año está dedicada en particular a los niños y adolescentes.
Animó a todos aquellos que en varios modos ayudan a los menores esclavizados y abusados a liberarse de tal opresión.
“Deseo que quienes tienen responsabilidades de gobierno combatan con decisión esta plaga, dando voz a nuestros hermanos más pequeños, humillados en su dignidad”, añadió.
Recordó que este día se celebra la fiesta de santa Josefina Bakhita, una joven esclavizada, explotada y humillada en África, quien no perdió las esperanzas, llevó adelante la fe y terminó por llegar como migrante a Europa, donde se hizo monja.
“Recemos a santa Josefina Bakhita por todos los migrantes, los refugiados, los explotados que sufren tanto, tanto”, estableció el Papa.
Entonces, saliéndose del discurso que tenía preparado, lanzó un llamado especial por los “ hermanos y hermanas Rohinya”, miembros de una particular etnia, islámicos y que son expulsados de Myanmar. Son migrantes echados, explotados, que “van de una parte a otra porque no los quieren”, precisó.
“Es gente buena, gente pacífica. No son cristianos, son buenos. ¡Son hermanas y hermanos nuestros! Sufren desde hace años. Fueron torturados, asesinados, simplemente porque llevan adelante sus tradiciones, su fe musulmana. Rezamos por ellos”, abundó.
Invitó a los presentes a rezar, todos juntos, por ellos. Entonces comenzó a pronunciar en voz alta el “Padre Nuestro”, al cual se sumaron los fieles. Al final pidió “un aplauso” para Santa Josefina Bakhita.