Soy orgullosamente egresada de la primera generación del Doctorado en Ciencia Política y Administración Pública de El Colegio de Veracruz (COLVER), que iniciara sus funciones, únicamente con ese postgrado, en 2002. El primer grupo estuvo integrado por 6 alumnos, de los cuales fui la única mujer entre los doctorandos y puedo decir que la formación recibida fue de altísima calidad porque la institución estuvo de inicio bien planeada, en cuanto a la exigencia de recibir docentes e investigadores de alto nivel y calidad profesional y científica.
El COLVER fue creado el 15 de julio de 2002, como organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio, mediante decreto expedido por el entonces gobernador de Veracruz Lic. Miguel Alemán Velasco. Y ya desde entonces, dentro de los transitorios dejó prevista la condición del nombramiento de la Junta de Gobierno para los siguientes 30 días. Lo que no se logró hasta hace algunos años.
Sus Directores han sido el Dr. Francisco Berlín Valenzuela (2002-2006), Lic. Ignacio González Rebolledo (2006-2010), Dr. Jesús Alberto López González (2010-2012) y Lic. Eugenio Vázquez Muñoz (2012-a la fecha). Y desde el Dr. Berlín Valenzuela que fue el director fundador hasta el Lic. Ignacio González Rebolledo, El Colegio funcionó muy bien, cuidándose ante todo el nivel de su personal académico, de investigación y administrativo, que era mínimo pero con resultados máximos. Sin embargo a partir del 2011 empezaron los intentos de provocar desequilibrios al interior de la institución, buscando la desaparición de la misma y la razón era que, pesaba en cuanto a su nivel de productos editoriales y de investigación. Fue la primera época de incertidumbre.
Y en medio de fuertes críticas, en ese año, El Colegio de Veracruz, no lo eliminan, pero sí sufre un cambio de personalidad jurídica mediante un decreto del Gobierno del Estado de Veracruz, el cual desaparece su naturaleza de Organismo Descentralizado, para convertirlo en un Órgano Desconcentrado dependiente de la Secretaría de Educación de Veracruz. Desde luego que éste no fue un caso fortuito. Todo suponía que los hilos se manejaban desde la Secretaria de Educación de Veracruz, pues el interés de su titular era incorporar a uno de sus grandes amigos el Lic. Eugenio Vázquez Muñoz a la cabeza, quien como premio a la lealtad, a su amigo y a los Gobiernos en turno, le dieron el cargo de Director en 2012.
Y fue la peor etapa para esta institución, empezando por que la burocratizaron de la noche a la mañana. Por una parte la planta administrativa se incrementó de manera exagerada para incorporar los compromisos fraternos, se asignaron sueldos estratosféricos y lo que es peor, se perdió la libertad de catedra pues las investigaciones fueron afectadas, porque, para ser publicadas eran revisadas por una empleada común y corriente con grado de licenciatura, que a su vez, remitía a la SEV las mismas para ser evaluadas por los consejos editoriales. Éstos con una visión sumamente limitada, calificaban los proyectos, cuando que debían ser evaluados por doctores en una disciplina. Fue una época de regresión para esta institución que no lo merecía.
El 27 de mayo de 2013, el COLVER recupera su naturaleza de órgano descentralizado al aprobarse el decreto por lo que se le da nuevamente esta categoría, misma que jamás debió haberla perdido. Es decir, El COLVER ha tenido que sufrir en el pasado los caprichos de los gobernantes y directivos que han olvidado la naturaleza de esta noble institución, que nació con el propósito de “conservar, desarrollar y trasmitir la cultura política con un alto nivel académico, a través del cumplimiento de sus fines sustantivos investigación, docencia y difusión de la cultura en el campo de la ciencia política , la administración pública , las relaciones internacionales y las políticas regionales de desarrollo”.
Y sin generar polémica, y difiriendo respetuosamente con mi amigo Rafael Pérez Cárdenas que escribiera, en su columna en enero pasado el artículo “El COLVER y su circunstancia”, donde menciona que los primeros años de esta institución pasaron sin “pena ni gloria”, con todo respeto creo que se equivoca.
Como egresada de la primera generación, puedo dar testimonio de la calidad y excelencia académica de quienes constituyeron su primera planta docente que con todo respeto nunca fue superada, sin demeritar a distinguidos profesionales que al tiempo fueron fortaleciendo la institución. La primera planta docente (la de 2002) fue una planta de lujo y desde luego fue un orgullo haber recibido sus enseñanzas, entre ellos menciono a: Laura Baca Olamendi, Doctora en historia de las instituciones y de las ideas políticas, en la Universidad de Turín, Italia, alumna del Dr. Norberto Bobbio autora del libro “Bobbio, los intelectuales y el poder”; Alejandro de la Fuente, Maestría en economía y Doctor en derecho en la UNAM; Daniel Montero Zendejas, Doctor en Derecho, especialista en derecho penal, en áreas de prevención de blanqueo de activos, cibercriminalidad y penitenciarismo. Instituto Nacional de Ciencias Penales e Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
Igualmente los destacados doctores: Kande Mutzaku, (originario del Congo, África), Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM y del ITESM, quien falleciera trágicamente en 2009; Carlos Lascurain Fernández, Doctor en Relaciones internacionales por la Universidad de Essex Inglaterra. Fernando Díaz Montiel, Doctor en ciencias sociales de la Universidad Iberoamericana. Hoy catedrático de la escuela superior de inteligencia de la Secretaria de la Defensa nacional. Mónica González (México-americana), Doctorada en Relaciones internacionales, UNAM, ITESM, Asociación Mexicana de Estudios Canadienses, falleció aun siendo catedrática de El COLVER en 2003.
Siendo relevantes también las enseñanzas de Petra Armenta Ramírez, Doctora en Derecho por la UV, hoy directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UV; del Dr. Eduardo Andrade Sánchez. Doctor en Derecho, que fuera Senador de la República, catedrático de la Facultad de derecho de la UNAM y hoy Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz; de Julio Quesada Martin, Doctorado en Filosofía en la Universidad autónoma de Madrid España, estudioso de la obra de Nietszsche y Heidegger; de Jesús Tovar Mendoza (Perú), Doctor en Ciencia Política (Flacso – Sede México) Magister en Gestión y Políticas Públicas (Universidad de Chile) y del Dr. Darin Mc Nab, Doctorado en Filosofía en la Boston College, Chestnuthill, MA.
Igualmente fue un orgullo haber tenido la oportunidad de escuchar conferencias o clases de investigadores invitados como: Dieter Nohlen , Profesor titular emérito de Ciencia Política de la Universidad de Heidelberg, Alemania y del Dr. Ángel Rivero Rodríguez, Doctor en filosofía por la Autónoma de Madrid, y Doctorado en Ciencias Sociales y Política y Sociología por la Open University (Reino Unido) entre otros.
Por otra parte el acervo literario que se construyó en esos primeros años no ha sido superado, del que puedo mencionar sólo 2 valiosos ejemplos como muestra: El “Diccionario de Ciencia política”, elaborado por Dieter Nohlen, en 2 volúmenes, editado por Porrúa y El Colegio de Veracruz, que hoy lo utilizan los mejores politólogos del mundo. Y la colección sobre “Liderazgo político en sociedades modernas”, de Ignacio González Rebolledo como compilador, que fue el producto de las ponencias del “Primer Coloquio Internacional de liderazgo político en sociedades modernas” en sus 3 volúmenes.
Este Coloquio congregó en la ciudad de Xalapa a 33 destacados investigadores todos ellos con grado de doctor representando a 14 países: Alemania, Argentina, Australia, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Japón, México, Perú y el Reino Unido. Destacando las Conferencias Magistrales del Ex presidente de la República de Chile (1989-1993) y notable académico Don Patricio Aylwin; el Dr. Manuel Antonio Garretón, investigador de la Universidad de Chile; el Dr. John Kane, investigador de la Universidad de Griffith, Australia, el politólogo Dr. Michel Maffesoli, investigador de la Sorbona de Paris y desde luego el Dr. Antonio Nateras Peral, uno de los más importantes politólogos de España. A todas esas eminencias las tuvimos con nosotros en esos primeros años.
Por eso reafirmo mi versión que las primeros 10 años de El COLVER, fueron excelentes. Fui de las pocas egresadas que con gran esfuerzo, elaboramos nuestra tesis de grado—a mí me llevo 3 años su construcción–, habiéndome titulado en 2007 con la dirección del prestigiado investigador peruano Dr. Jesús Tovar Mendoza y cumpliendo con todas las exigencias que se pedían para obtener el grado. Igualmente tuve la fortuna y desde luego distinción de haber sido investigadora honoraria del propio Colegio, entre 2008-2012, gracias a un Convenio interinstitucional entre la Universidad Veracruzana y esta institución, lo que me dio la oportunidad de desarrollar investigación sobre el tema de liderazgos políticos y ciudadanos, además de conocer parte de la nueva planta docente, integrada por profesionistas también de gran valor, destacando entre ellos: Dr. José de Jesús Borjón, Dr. Jorge Manuel Tirado Almedra, Dr. Mauricio Lascurain Fernández, Dr. Salvador Díaz Huitrón, Dr. José de Jesús López González, Dra. María de los Ángeles Piñar, Dra. Laura Celina Ruelas Mojardín, Dr. Gerardo Escobar Galindo, Dr. José Arturo Duran Padilla, Dr. Jorge Rebolledo Flores, Dr. Rafael Vela Martínez, entre otros que fueron llegando pasado los años y que por supuesto enriquecieron el quehacer de El COLVER. Algunos se fueron y otros se conservaron.
En suma, por ser El COLVER mi institución formativa doctoral, porque conozco su proceso de crecimiento , porque sé lo difícil que es alcanzar durante más de una década un bien ganado prestigio nacional, etc., y por reconocerle su esfuerzo de todos estos años que le han permitido ganar un lugar especial entre los mejores Colegios de nuestros país, hoy me uno a las voces que piden encarecidamente que: sea revisado acuciosamente el problema de esta institución con criterios académicos , –porque no es una institución improvisada–, se le dé un trato justo a su personal docente, investigadores y alumnos, sea restablecido el orden y la confianza en su interior y por ningún motivo se pueda pensar siquiera, el querer extinguir esta institución que hoy le da muchos productos de investigación al Estado y jóvenes formados para la Ciencia Política, las relaciones internacionales, la gestión de Estado, entre otros saberes, tan necesarios en estos tiempos en que la política, en lugar de generar confianza genera incertidumbre.
Gracias y hasta la próxima