*Maicear, maicear, se hace lo que se puede. Camelot.
LOS MAICEADOS DE DIOS
Hace no mucho, platicando con un alto jerarca de Morena, el partido del Peje, me dijo que si López Obrador no cometía errores, la presidencia de la República era de él. Como en carrera pueblerina, a 200 varas castellanas, a vara alzada, no con final de fotografía porque, se piensa que para detenerlo, PRI y PAN tendrán que hacer una alianza, no sé si underground (bajo tierra) o de facto a la vista. Cuentan que así ocurrió cuando ganó Peña Nieto. El presidente Calderón le dio vía libre al mexiquense y a la pobre de Chepina (Josefina Vázquez Mota), la mandó escondida entre los rincones, temerosa que alguien la viera, como cantaba Cri-Cri, el Grillito Cantor, orgullo de los orizabeños. La Real Academia de la Lengua no toma en cuenta la palabra “maicear”, pero ciertos diccionarios panhispánicos le dan dos posibles acepciones a saber: el primero es dar de comer a los animales de granja; el segundo tiene que ver con el soborno… punto y final. El Peje llegó al aeropuerto y dijo que los periodistas veracruzanos eran ‘maiceados’ por Yunes, y que, para la de malas, les daba gorgojo. Voy a Wikipedia: “Los curculiónidos, conocidos como gorgojos y picudos, son una familia de coleópteros polífagos, la más importante y diversa de la superfamilia Curculionoidea. Son fitófagos (¿what?), y algunos son plagas dañinas para la agricultura”. Veo ahora en las páginas que los gorgojos sirven para varias cosas, propiedad curativa contra el cáncer, alimenticia para bajar de peso y untada para quitar el mal del ojo de los enemigos, como El Peje, que llegó tumbando caña y acusó a los Yunes de todo.
EL OJO Y LA BALA
López Obrador cree que donde pone el ojo pone la bala, no fue lejos por la respuesta. Miguel Angel Yunes le asestó un video donde lo califica de corrupto y que Duarte a él si lo ‘maiceaba’, no sabemos si con gorgojos o con dólares o pesos mexicanos devaluados. Una prueba de ello, es que Héctor Yunes declaró siendo candidato del PRI al gobierno de Veracruz, que el candidato de Morena, un tal Cuitláhuac, entraba a Casa Veracruz como pejista y salía como duartista, loco de contento con su cargamento y sus alforjas al hombro, como los vaqueros de Clint Eastwood, porque Héctor acusa que el auto se asentaba del peso tremendo que llevaba. O sea, entraba a Casa Veracruz como Clark Kent y salía como Superman. Era como aquella cajuela de Salvador Barragán Camacho, el otrora poderoso número dos del sindicato petrolero, la Quina era el primero. Cuando Salinas le echó a los canes y Gutiérrez Barrios le soltó la jauría, en la CTM, cobijado por don Fidel Velázquez, le incautaron el auto y la cajuela llena de relojes Rolex lluvia de diamantes, su vida desde ahí ya fue otra. Adiós a Las Vegas, donde jugaba en los tapetes partidas de un millón de dólares, el petróleo mexicano daba para eso y más, si no pregúntenselo a Carlos Romero Deschamps, que goza de esos privilegios, a quien a la hija se le compara con la de Donald Trump. En algunos municipios, fue tanto el apoyo del gobierno a Morena, que se les pasó la mano, un ejemplo, en Orizaba el PRI se fue al tercer lugar, para Ripley. Hubo pasta por estas tierras, aquí ‘maicearon’ lo que pudieron, si no pregúntenselo al candidato del PRI, ¿qué fue lo qué pasó?, que se desmayó, como la cantante de la Santanera, Sonia López y su ven, y ven ladronzuelo ven.
YO MAICEO, TU MAICEAS
El término “maicear” comenzó a ser utilizado hace años entre los periodistas que cubrían las campañas presidenciales, para denominar el soborno o el “chayo” que recibían por parte de algunos partidos y candidatos para que hablaran bien de ellos. La idea era dar a los reporteros, como a los pollitos, granos de maíz (dinero) para tenerlos bien alimentados y luego usarlos en el momento adecuado. Desde entonces, la expresión “maicear” se quedó en el vocabulario político, según la revista Proceso. Para ‘maicear’ se necesita una poca de gracias y otra cosita. Los Yunes (papá y Chikiyunes) se le fueron a la yugular al ínclito personaje, que llegó madreando reporteros, como si ellos entraran a la pelea electoral, todo porque el asunto de la bodega cordobesa tuvo un cubrimiento mediático inédito, como pocas acciones de este gobierno, hasta la página árabe de Al Jazerra lo comentó, ya ni se diga la CNN o FOX y El País y el Washington Post o The New York Times de Slim. Anoche mismo, la Denise Marker tiró al aire las dos versiones, remata cuando Yunes le demuestra un soborno a Morena de 2 millones y medio mensuales, por protección o cochupo o ‘maicear’ en la presa Yuribia, que tiene nombre de cantante, pero los morenos se iban, en tiempo de Duarte, por dos kilos y medio, para celebrar la mexicana alegría. Yunes llegó y les retiró ese maiceado y gorgojeado subsidio, y la vida ya no fue igual, aunque, como en las películas: To be continued (esta historia continuará).
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iernes