Es una gran fábrica de sueños que siempre ilusiona, y también es, correcto, lo más importante de lo menos importante, junto con el fútbol, el béisbol, los deportes en general y la música popular. No hay que confundirse, pero es ¿qué sería de la vida sin estos alicientes?
Y el cine, que tanto asombro ha provocado en sus espectadores desde que, en los comienzos del celuloide, los hermanos Lumière (Louis y Auguste) en 1895 inventaron lo que hoy conocemos como cine, es decir, hace más de 120 años, el ‘séptimo arte’ se ha convertido en una industria que atrae a millones en todo el planeta. Se puede decir que son pocos los seres humanos que se resisten al encanto y a la ilusión que provoca, con un cine cada vez más fantástico, cada vez más cercano a la perfección, con historias increíbles y recursos técnicos que parecen no tener límites. Ese es el cine de hoy, en donde la capacidad de sorprenderse se renueva cada vez que vas al cine y la ilusión óptica es infinita, ¡nos faltan ojos para captar las imágenes y discernir entre la ficción y la realidad, aunque siempre, finalmente, la realidad siempre supera a la ficción.
El pasado domingo, antier, fue la 89 entrega de los Oscares, y fue una entrega atípica, poco convencional. Finalmente ese joven geniecillo llamado Damien Chazelle se alzó con el premio a la Mejor Dirección. A sus 32 años este muchacho se convirtió en el realizador más joven que obtiene el Oscar de la categoría, además fue el guionista de la propia La La Land y de Whiplash (2014), que también obtuvo tres premios de la Academia en 2015, además el chavo es un baterista consumado de jazz. Es graduado de la Universidad de Harvard en medios visuales y ambientales.
Emma Stone se llevó un merecido Oscar a la Mejor Actuación Femenina lo que la convierte en una especie de heredera de otras grandes actrices como Katherine Hepburn (4 premios), Meryl Streep (tiene 3, dos por Mejor Actuación femenina y uno por Actriz de Reparto), en 2008 yo le hubiera dado el Oscar por La duda, por su magistral interpretación de una monja prejuiciosa y ultraconservadora. En esta película se avienta un duelo de actuaciones con Philip Seymour Hoffman, al que tacha infundadamente de ser un sacerdote pedófilo. La última gran actriz es Jodie Foster, que tiene en su haber 2 premios a mejor actriz. Grandes actrices a los que la Stone podría hacer sombra con esa misteriosa imagen a la Bette Davis y sus dotes histriónicas.
Casey Affleck, hermano de Ben, se llevó el Oscar al Mejor Actor por una actuación muy desigual, plana y poco expresiva en Manchester by the Sea (Manchester junto al mar). Creo que el Oscar hubiera sido muy bien ganado o por Denzel Washington o por Ryan Gosling, con papeles mucho más versátiles y no tan encajonados. Lo mismo creemos que no fue la mejor historia (Guión), pero en Hollywood a veces son muy condescendientes.
Finalmente, el final inesperado, jocoso y que no dejó de verse como algo ‘arreglado’, en donde primero premiaron a La La Land y luego rectificaron para premiar a Moonlight, una historia difícil, que relata una relación homosexual nos dejó una sensación de desconcierto como a los millones de telespectadores que seguimos la entrega desde el televisor. Al principio pensamos que fue culpa del par de ‘viejitos’ en que están convertidos los venerables y muy grandes estrellas que fueron Faye Dunaway y Warren Beatty, que a principios de la década de los 60 rodaron ‘Bonnie and Clyde’, la pareja de gánsters de los años 20 en Chicago, como que sospechamos que la vista les falló y se turbaron, pero no, fue culpa de la producción, les entregaron el sobre equivocado.
Total, que en estos tiempos que vivimos en peligro en la era Trump, Hollywood y sus estrellas nos quedaron a deber. Faltaron mensajes y discursos con mayor contenido político, y ahí hay que reconocer a nuestro Gael García Bernal, sacó la casta con un breve mensaje en donde manifestó su oposición al muro. Se llevó una buena carretada de aplausos y hasta dos o tres actores lo ovacionaron de pie. De ahí en fuera nada del otro mundo. Buen detalle que el conductor de la ceremonia Jimmy Kimmel hubiera dejado pasar a un grupo de turistas para que saludaran a sus dioses y se tomaran selfies con sus ídolos.
Como quiera, buen espectáculo, el show business en su máxima expresión para lo cual se pintan solos en Hollywood, como ellos no hay otros. Y, se me olvidaba, buen homenaje a Lupita Tovar, la actriz de ‘Santa’, que fue la primera película sonora del cine mexicano. Fue recordada en el memorial de los actores y actrices que fallecieron durante este último año.
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@marcogonzalezga