*A veces los caminos son del enojo, aunque no lleven a nada. Camelot
EL ENOJAO HECTOR
Héctor Yunes Landa, senador, priísta por la convicción de su partido, primo hermano de quien gobierna Veracruz, candidato que perdió después de ochenta y tantos años la elección en Veracruz, anda enojao. Amanece un día sí y otro también con la espada desenvainada y con la bilirrubina y el PH hasta el full. Jura por todas las vírgenes y por la santa parroquia de su pueblo, que para acabarla es también la de Soledad de Doblado, que va por la revancha para recuperar esa gubernatura que perdió, y por la cual culpa a dos figuras, Javier Duarte y a Morena, partido que estiraba la mano en campaña, cuando acusó que su candidato, un tal Cuitláhuac, iba seguidito por el mandado a Casa Veracruz, y las alforjas pesaban. Con el ahora primo gobernador riñó en campaña, golpes que así se dan. Se metió a terrenos donde las familias resienten, y eso los alejó. Minó el entorno familiar. Pues ahora, hace unos días, Pepe Cárdenas vino a Veracruz a inaugurar, junto a la zona de Mocambo, el estudio de Radio Formula y transmitir en vivo desde ese Boca del Río su muy visto noticiero nacional. Volvió a lanzar soflamas, dijo que Miguel Ángel Yunes era igual o peor que Duarte, y eso sí calienta. Porque Javier es acusado de ser el primero de uno de los cuatro gobernadores artífices de la corrupción y un diario le da de agujero negro la cantidad de 518,658,367 pesos devaluados mexicanos. El asunto con Javier es que él no está para defenderse, por obvias razones, entonces ante los descalificativos no hay defensa.
La otra riña de Héctor es con su presidente del PRI, el que reza y reza y no deja de rezar porque el PRI no se vaya al tercer lugar, donde todos aseguran que se va, lo mismo en las intermedias municipales que en la grande. Aunque el presidente Peña Nieto dice y jura por los huesos y calacas que quedan del Grupo Atlacomulco, que El PRI no pacta para perder, y me acordé de aquella declaración de Winston Churchill, cuando de Dunquerque tuvo que emprender la retirada para sacar por lanchas y barcos a 300 mil soldados ingleses y llevarlos a los blancos riscos de Dover, porque temían que llegara Hitler. Churchill dijo que hay ocasiones que algunas retiradas saben a triunfo. Quizá en eso pensó Peña. Volviendo al tema, Héctor se enojó con Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI nacional y corrió en las redes un tuit donde le decía que Veracruz era uno de los tres estados de mayor importancia en el país, en lo electoral, porque ahora en lana anda en la ruina, endeudado, flaco, ojeroso cansado y sin ilusiones. Tiene razón Héctor, aunque por ahí sus rivales le metieron su tuiter donde, aseguran, que Ochoa Reza no le contesta el teléfono y quiere saber si va a contar con el apoyo del partido, para lo que bien. Le tuiteó: “celebro que, aunque a regañadientes, en aniv PRI, hayas reconocido importancia de las elecciones municipales en Veracruz”. O sea, que el hombre no se deja querer. Así fue.
EL HOSPITAL COVADONGA
Hace un mes que fui operado, o poco más, Salí creo un poco minado de mis defensas, mis defensas están más bajas y jodidas que las de los Tiburones Rojos del Veracruz, que andan a la cola de la tabla, y a los cuales en el último minuto, que también tiene sesenta segundos, según Fernando Marcos, les entra el gol. Así me pasó, una bacteria mala, muy mala me atacó y me fui de ingreso al Hospital Covadonga de Orizaba. Llegué más bocabajeado que candidato perdedor, de los que no agarraron candidatura, y salí como candidato ganador. Cuando entré la crisis era mayúscula. Con el suero, los antibióticos y demás medicamentos, comenzó el tratamiento y al otro día salí a casa a continuarlo, porque no hay nada mejor que eso, la casita y la camita. Quise tocar el tema no para ventilar mi vida privada, que a nadie importa, para agradecer la atención del personal del Covadonga, comenzando con su fundador, el doctor Felipe de Jesús Sánchez Ancira, hospital que fundó en 1975 y que, desde abajo, con la cultura del esfuerzo y de ningún privilegio, ha logrado tener una red hospitalaria que mucho enorgullece a Orizaba y la región. Luego llegó su hijo, el LAE Antonio Sánchez Sainz, y han logrado encumbrarlo de ejemplo de que cuando se invierte, los resultados llegan. Conocí el de Córdoba y sé que van por otro en Veracruz. Subroga servicios y da atención médica de primera, las enfermeras y el doctor internista, Eduardo Lázaro Castillo, lograron que me pusiera en pie, aunque en pie andaba, y ahora puedo decir gracias a todos ellos, a Verónica, a Maribel, que sigue inyectándome en casa. Un hospital con una calidad humana, que bien nos merecemos. Da trabajo a muchísima gente, es céntrico y peatonal, en la orizabeña calle de Sur 5. Con calidez humana. Gracias a todos.