El presidente de Argentina, Mauricio Macri, enfrenta una creciente crisis política con la masiva marcha y el paro nacional que los docentes realizaron hoy en reclamo de mejoras salariales y que frenó el inicio del año escolar.
En Buenos Aires, los maestros de educación básica protagonizaron una marcha desde el Congreso hasta la sede del Ministerio de Educación y en la que, según los organizadores, participaron más de 70 mil personas.
Desde temprano las calles del centro estuvieron colmadas de docentes vestidos con sus clásicas batas blancas o cuadriculadas, además de familias que fueron a apoyar la lucha acompañados de sus hijos, partidos opositores a Macri y organizaciones sociales.
Las protestas masivas se replicaron en las principales ciudades del país, ya que el paro tuvo un alto nivel de adhesión y las clases no comenzaron en 20 de las 23 provincias argentinas ni en esta capital.
El reclamo es por la apertura de las negociaciones salariales, conocidas aquí como paritarias, que el gobierno rechaza, además de que ofrece aumentos salariales de apenas el 18 por ciento pese a que la inflación del año pasado superó el 40 por ciento.
Desde hace semanas, los gremios anticiparon que realizarían un paro nacional, aunque el reclamo que más se visibilizó fue el de la provincia de Buenos Aires, que es la más grande del país.
El gobierno y parte de los medios responsabilizaron de la huelga a Roberto Baradel, pese a que él sólo dirige al Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba).
Cuando comenzaron a incrementarse las tensiones con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, Baradel denunció amenazas de muerte anónimas en contra de él y de su familia.
La semana pasada, el conflicto subió de tono cuando el propio presidente dijo ante el Congreso que Baradel “no necesita que nadie lo cuide”, por lo que el dirigente denunció a Macri ante la justicia.
Esta mañana, el presidente incluso inauguró en la provincia de Jujuy un ciclo lectivo que en realidad no comenzó, ya que las escuelas de casi todo el país estaban cerradas, los maestros en huelga y los estudiantes en sus casas.
“Lamento mucho que muchos hayan vuelto a elegir el oportunismo a través de un paro. Si ya hemos probado décadas haciendo paros, ¿y cuál ha sido el resultado? Cero, nada ha mejorado”, denunció.
Mientras el presidente criticaba a los maestros, en las calles los maestros lo criticaban a él por su nula conciencia social y exigían la renuncia del ministro de Educación, Esteban Bullrich.
“Mucha policía, poca educación”, “Macri, basta: 40 por ciento de inflación, 18 por ciento aumento en cuotas, no”, “Docentes luchando también están enseñando”, “Somos docentes defendiendo la escuela pública”, explicaban algunas pancartas.
Otras, más irónicas, advertían: “Mis papers no están en Panamá. No al recorte en Educación”, en referencia a la inclusión del presidente en la investigación global sobre lavado de dinero y evasión de impuestos.
“Macri, invertí en educación así los pibes no leen como vos”, señalaba otra consigna al retomar las frecuentes críticas a la dicción de Macri.
Los mensajes más repetitivos fueron que “la escuela hoy está en la calle”, “hoy hay clases de formación ciudadana” y que “No te estoy dejando de enseñar, te estoy enseñando a luchar por tus derechos”.
Los docentes también confirmaron que la huelga será de dos días y que mañana se unirán a la marcha convocada por la Confederación General del Trabajo, el miércoles al Paro Internacional de Mujeres y el 24 de marzo a la Marcha por la Memoria.