Dicen que a la mayoría de las corrientes internas del PRD sorprendió la exigencia de Javier Salinas, de que Alejandra Barrales renuncie a la dirigencia del Sol azteca, pues en nada ayuda este tipo de manifestaciones cuando la mayoría ya se está perfilando por un candidato de unidad. En fin, que el llamado no tuvo efecto en las corrientes a nivel nacional y, muy en el fondo, entendieron que al tratarse de uno de los aspirantes mexiquenses con menos impacto, tata de ganar algo de lo perdido, presionando a la dirigencia. Lo comentan en ¿Será? en «La Razón».