6-1 del Barsa al PSG

Apenas vengo a comentar este partido, para algunos la remontada de este todavía incipiente siglo, y es que el pasado martes no lo pude ver en vivo y a todo color. Entre paréntesis comentaré que, harto de tanta ‘cruzazuleada’, la verdad es que últimamente como que le he perdido un poco la fe al fútbol. De por sí el nacional hace tiempo lo veo apenas de lejitos, con los ojos entrecerrados como no queriéndolo ver. El último partido que me eché de la decepción nacional me provocó un sentimiento de total rechazo al juego del hombre que se practica en este país. Ese 7 a 1 que le acomodó Chile a los de Juan Carlos Osorio fue como para no volver a ver nunca jamás a los verdes. Qué bárbaros, qué humillación y, lo que es peor, les pudieron haber metido tres goles más cuando menos.

Pero el de los ‘culés’ contra el París Saint-Germain en el juego de vuelta de octavos de la Champions League fue un partido que, al menos yo no me lo esperaba, y si no lo hubiera visto con mis propios ojos no hubiera dado crédito. Apenas ayer domingo pude ver la repetición de estos cardiacos 90 minutos gracias a Fox Sports. Venían con todo en contra después de que el pasado 14 de febrero con un desastroso 4-0 el PSG les pasó por arriba a los de Messi en París en el estadio Parque de los Príncipes (Parc des Princes, ¡carajo, qué bonito se oye!). Irreconocibles, los azulgrana tuvieron una de las actuaciones más tristes de su historia. Los franceses no tuvieron piedad con los catalanes. También vi la repetición, se vieron agresivos en la presión, rápidos con el balón, eficaces en el área del portero teutón Ter Stegen, y sus compañeros se vieron perdidos individual y colectivamente hablando.

Pero esta vez la historia fue distinta en la ‘Ciudad Condal’. Comenzaron ganando a los pocos minutos de juego gracias a una cabeza providencial del escualo Luis Suárez, y aquí me voy a permitir una expresión inusual e incorrecta, pero es que el charrúa es un verdadero ‘perro de pelea’, es toda garra, entrega y pelea todo. Qué bárbaro, es un ‘pinche loco’ dentro del terreno de juego que cuando no muerde con la pierna muerde con la boca. Suárez es un jugador poco elegante, nada fino, ataca a trompicones y arrollando al rival, siempre mete el cuerpo, empuja, presiona, endurece la perna, jala, seguramente escupe a los rivales, los saca de sus casillas, pero qué tipo, siempre está ahí donde debe estar, pisando el área, atrayendo la marca y peleando cada balón con eso que hay que ponerle a la vida siempre. Total, que el partido como que se enfrío y se fueron al descanso con una ventaja exigua de apenas 2 a 0 gracias a un autogol de un defensa del PSG.

En la segunda parte los del Barsa se fueron arriba 3 goles a 0 por un penal dudoso que encajó Messi, que hay que decir que no fue su noche más inspirada. Así avanzaron los minutos hasta que Cavani, ¡otro uruguayo!, aprovechó un rebote dentro del área para poner las cosas 3 a 1 y las cosas de a pelos para los ‘catalás’. Y así se fueron hasta el minuto 87, ¡ojo, el 87!, a escasos minutos del final y tenían que anotar tres goles para no alargar el tiempo reglamentario del partido. Vino una falta dentro afuera del área y tiro de castigo, cobró Neymar Jr. y con una frialdad asombrosa que lo pone en la horquilla izquierda, 4-1, pero todavía les hacían falta dos más. Se movió el balón nuevamente, en eso que mandan el esférico al área parisina y otra vez Suárez que provoca un penal, a lo mejor rigorista, pero penal al fin, que toma el balón otra vez Neymar y que cobra desde la mancha, con una categoría, ¡caray, por eso cobran lo que cobran estos tipos!, 5-1 el marcador, empatados a 5 por el gol de visitante.

Todo indicaba que se iban a ir a tiempos extras, pero faltando menos de 30 segundos, con los 11 azulgranas pisando el área rival, se produjo una falta, se puso en juego el balón y otra vez que Neymar que manda un balón medido al área chica rival, la puso como con las manos, y que se aparece el canterano Sergi Roberto, de apenas 25 años, y que alcanza a desviar apenas con la uña del pie derecho al esférico y que anota el 6 a 1, la hazaña estaba a segundos de confirmarse. Lo que vino después ya para que se los cuento, el Camp Nou entero no lo podía creer, llanto por todas partes y el delirio total de los aficionados culés.

Estas cosas que sucedieron en Barcelona el pasado martes no ocurren todos los días. Es una hazaña para recordarse en lo que resta del siglo. Si no la hubiera visto con mis propios ojos jamás la hubiera creído, por eso es grande ‘el juego del hombre’, ni hablar y estoy escribiendo de pie en honor a este Barcelona increíble.

Ya para terminar les adelanto que hablé con un vidente. Me adelantó que la cosa se va a poner buena en el 2018, que viene un rompimiento inevitable en el tricolor, que el candidato de este partido va a ser un senador y que en el PAN no va a ser precisamente una sucesión consanguínea. Aclaro, no hablé con Mhoni Vidente ni con el Brujo mayor, con la persona que hablé sí sabe de estas cosas de la prestidigitación –tampoco se trata del afamado doctor Rivera-.

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