¿Alguna vez ha reestructurado una deuda? En lo particular lo he hecho varias veces. La última vez hice una portabilidad de crédito hipotecario (cambié de banco) y mejoró mi deuda y mi plazo quitándole tres años. Aunque no siempre es igual. Cuando uno pide un préstamo en efectivo a una institución crediticia y ya no puede uno pagar la cantidad establecida mensualmente, existe en muchos casos la posibilidad de hacer una reestructuración entre ambas partes. Ésta consiste en alargar el plazo de la deuda para que los pagos sean más accesibles y poder cumplir en tiempo y forma con ellos. Desde luego que el abono a capital es menor y los intereses aumentan.
Muchos trabajadores sabemos que cuando las deudas nos aprietan, podemos conseguir un préstamo de nómina, pagarlo y muchas veces antes de liquidarlo totalmente, volvemos a pedir una nueva cantidad.
¿A qué voy con todo esto? A que el día de ayer los diputados votaron para que no se llevara a cabo la reestructuración de la deuda que había propuesto el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, después de un análisis de 49 días.
Los argumentos fueron muchos, desde que la cantidad por refinanciamiento aumentó, que no hubo soporte y claridad para el destino de los recursos hasta el importe que cobraría la empresa que reestructuraría la deuda.
Pero ¿en verdad los 25 diputados que votaron en contra lo hacen por no endeudar al estado?
Seamos realistas, estoy segura que a nadie nos gusta estar endeudado, pero a veces es necesario.
Y la verdad, la emergencia financiera que vive Veracruz lo amerita. Si usted tuviese una emergencia ¿no se endeudaría? ¿Preferiría que le embargaran sus bienes?
Desgraciadamente los diputados no están pensando en el bien de Veracruz, sino en sus intereses personales y desde luego políticos. Basta ver la votación por grupo político.
Desde luego que habrá quien diga que el gobernador utilizará el recurso para las próximas campañas a la Alcaldía, o para imponer a su hijo como gobernador, en lugar de atender la emergencia financiera. Y es un argumento válido, cuantimás lo dicen los partidos de oposición; sin embargo, los afectados directos seremos los veracruzanos.
Para empezar, ya salió diciendo el diputado Juan Manuel de Unanue Abascal que al no haber dinero no habrá obra pública y estará en riesgo el pago de los empleados de la administración pública estatal.
Aunque no lo queramos ver así, es verdad. ¿De dónde saldrá dinero para ello?
Ya de por sí estamos sacrificando a nuestros ancianos que desde marzo del año pasado no reciben un solo peso de su pensión alimenticia, o nuestros alumnos de excelencia, nuestros deportistas de alto rendimiento, o a la población más vulnerable de las sierras que no tienen cerca una clínica o aquellos niños que solicitan un aula porque no tienen en dónde recibir sus clases.
En algunas dependencias han vuelto los despidos y a aquéllos que se les iba a recontratar ya se está dudando en hacerlo.
No me gusta que me endeuden y menos por un dinero que se robaron y que así como se maneja la justicia en México, dudo totalmente que regrese a las arcas de Veracruz; sin embargo, estoy consciente de que a veces hay males necesarios como la Reestructuración de la Deuda.
Si de verdad a los diputados del PRI y Morena quieren que le vaya bien a Veracruz, éste es el momento de poner el ejemplo. Si no están de acuerdo con el proyecto de reestructuración, bien podrían proponer uno o al menos alternativas que hagan menos dolorosa la crisis, pues los veracruzanos no comemos política.
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