Miles de taxistas se manifestaron este jueves en Madrid y Barcelona contra la «competencia desleal» de las aplicaciones de transporte VTC, como Uber o Cabify.
«Fuera Uber, Cabify», podía leerse en una pancarta de la manifestación que recorrió a pie una parte del centro de Madrid, donde hubo dos mil personas según la policía, y diez mil según los organizadores.
En Barcelona, los taxis estaban convocados a una huelga de ocho de la mañana a ocho de la tarde (de 7 horas a 19 horas GMT), y según el ayuntamiento, unas 2 mil 800 personas se manifestaron por la mañana y concluyeron su protesta ante el Parlamento regional catalán.
Los sindicatos de taxistas que convocaron la protesta reclaman a las autoridades que adopten medidas más restrictivas contra los servicios de VTC propuestos por compañías como la estadounidense Uber o la española Cabify.
Uber, cuya actividad fue suspendida por la justicia española en 2014, regresó a Madrid en marzo de 2016 con un servicio más reglamentado, y Cabify está disponible en varias ciudades del país.
Uber propone ahora reservas de coches con chofer en Madrid, tras la suspensión en 2014 de su servicio de transporte entre particulares.
Los conductores de aplicaciones VTC deben disponer de autorización pública para operar, pero según los taxistas, se les han concedido demasiadas licencias, y su reglamentación es más laxa, lo cual penaliza su actividad.
«Es una sangría», dijo Juan Pedro Naranjo, de 30 años, en la manifestación de Madrid, donde están autorizados a circular unos 15 mil 700 taxis.
«No tienen las mismas obligaciones, evaden impuestos y trabajan de forma ilegal», afirmó este joven que ejerce de taxista desde hace siete años. Según explicó, tuvo que pagar 140 mil euros por su licencia y gana menos de mil euros al mes una vez efectuadas todas las deducciones.