Por Ramón Durón Ruiz (+)
«Estamos tan ocupados tratando de que los demás nos vean, nos oigan, nos valoren, que nos olvidamos de los más importante… vivir nuestra propia vida.”1
HOY vive tu vida a plenitud, no te aferres al pasado ni a la tristeza, olvida tus dolores, pesares y hasta la edad, haz la cuenta despacito de tus bendiciones, logros y éxitos.
Cada amanecer es un recomenzar de tu vida, ten la virtud de que el amor, la felicidad y la alegría sean tus compañeras de viaje; recuerda que la mejor noticia es abrir los ojos y despertarte, significa que DIOS ha hecho un nuevo día, espectacularmente hermoso, especialmente para ti.
HOY vive tu vida con pensamientos positivos, a pesar del viento en contra, ¡sigue adelante! fluye con el universo, como el agua fluye río abajo, “su gran sabiduría radica en que no discute con ningún obstáculo, simplemente los rodea… y ¡sigue adelante!”
A pesar de la criticas, las envidias, las maledicencias, –que son un homenaje a la mediocridad y que significan que eres un ser de luz– sé tu mismo, no cedas tu poder, lleno de confianza sigue avante, que en la vida los grandes logros vienen de la mano de fuertes zarandeadas, “no significan el fin del mundo… sino el inicio de uno nuevo y maravilloso”
HOY si hay algo que no funciona, rediseña tu vida con la sabiduría de los abuelos, que saben que la ley del péndulo o kármica, es infalible, lo que das, regresa, pero multiplicado, así que dedica tu tiempo a servir con amor incondicional, a dar de buena manera, a construir puentes de afecto y no muros de odio.
En tu tiempo y tu espacio, haz un alto en el camino para que conectes con tu espiritualidad, llegará a tu vida un poder que trasciende las limitaciones del mundo físico, que te conduce a ver y a venerar lo sagrado que hay en cada persona.
“Comenzamos la vida como turistas, pero a menudo nos volvemos espías. Los turistas vienen a ver lo bueno, a disfrutar el viaje, a observar todo lo que este lugar tiene para ofrecer. Los turistas siempre viajan animados, alegres, son entusiastas y están felices por visitar y conocer lo que viene.
Por su parte los espías, buscan problemas, siempre se enfocan en lo que está mal, olfatean lo negativo y lo débil. En la vida, si quieres ser feliz, la cuestión es muy sencilla: aprende a vivir y gozar de la vida con la conciencia de un turista.”2
La vida es un diario reto, entre más desafíos llegan a ti, cuando los enfrentas, más evolucionado espiritualmente te vuelves, no importa que los superes, o no, se trata a final de cuentas de tu lucha…de tu actitud.
El encantamiento de la vida está en las cosas sencillas, fíjate que cosas tan simples como: tomar agua, caminar, oír, ver, sembrar amigos, platicar amablemente, dar un abrazo con afecto, una palmada en el hombro, una sonrisa, una palabra de aliento en momentos de dolor, un cumplido sincero, una actitud de solidaria preocupación frente a un problema, tienen el mágico poder de cambiar tu vida, de darle un gran giro y hacerla feliz.
El Filósofo diariamente se levanta de buenas y con una sonrisa en los labios, –que es una manera sencilla de dar las gracias al Señor, por el milagro de la vida–, me siento en la mesa a tomarme un café de olla, leo el periódico y me voy a las esquelas, si no está mi nombre ahí digo: “ya ‘ingue, no me morí… ¡vamos a salir a trabajar!”
En estos tiempos en los que la confrontación política, el desempleo, la pobreza extrema y la inseguridad dan escasos motivos para reír, el buen sentido del humor y la sana alegría del mexicano son una buena nueva.
Resulta que el Filósofo de Güémez va platicando con su hijo:
— Mira mijo, ahora que viene el Día del Padre te recuerdo una cosa: tu abuelo… ¡se la dio a tu abuela!; Yo… ¡se la di a tu madre!; Ahora que te cases: ¡tú se la darás a tu vieja!
— ¡Ah chiga, chinga! Toy bien intriga’o… ¿Po’s qué es lo que les dieron apá?
— ¡La ‘inche razón en todo mijo!