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Habrá quienes piensan que los términos eficiente y eficaz sólo se aplican a las empresas privadas y el criterio que aplica para el gobierno es que sea honrado y transparente; en otras palabras, que no sea ladrón y que haga bien las cosas. En un concepto tan subjetivo que ubica el quehacer público en un rango tan amplio, tan holgado y tan extenso, que cualquiera entra y puede nadar de a “muertito” y llevarse todavía los aplausos del pueblo.
La historia nos demuestra de forma contundente que la mayoría de los servidores públicos “aprueban” de panzazo y salvo los que rebasaron la línea de lo “permitido”, son exhibidos y si se fueron cabezones como los Duarte, Borge, Rodrígo Medina, Padrés, Moreira, etc., serán “perseguidos por la justicia” mientras que la memoria colectiva se agote y no tardando el mismo sistema los reactiva y los pone a contender por otro cargo público.
Así que, con ese referente de valores, no resulta extraño que vivamos sentenciados a repetir y repetir las viejas prácticas del quehacer gubernamental, donde nada cambia, todo es igual. Los errores se perfeccionan, pero no se corrigen.
Los paradigmas son respetados en su esencia y lo único que se modifica es la fecha, con su respectiva leyenda: “nueva edición, revisada, corregida y aumentada”.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que es un centro de investigación apartidista y sin fines de lucro, a través de once indicadores evalúa la capacidad de los gobiernos para elevar la competitividad y calidad de vida en las ciudades, a través de políticas públicas eficaces y responsables que fomenten el desarrollo económico.
Indicadores que ubican a Veracruz en un descenso del lugar 21 en el 2012 al lugar 28 en el 2014 y no sería nada extraño que hoy estemos en el lugar 30 o en el 32 como los peores de México. http://imco.org.mx/competitividad/indice-de-competitividad-estatal-2016/
Esta tendencia demuestra que hemos venido de mal en peor y en caída libre que amenaza a convertir a Veracruz en un desierto, a no ser que encontremos la ruta para que nos transformemos en un gobierno eficiente y eficaz, lo que no es igual a un gobierno que “trabaja mucho” porque tiene jornadas de 20 horas diarias, sin vacaciones y sin descansos.
Esa política de trabajo sólo demuestra exactamente todo lo contrario, porque en la práctica es completamente imposible para un ser humano resistir esa carga y todavía ser eficiente y eficaz.
Lo que es ampliamente demostrado por la conducta privilegiada de los “jefes” que llegan tarde, porque se fueron tarde, “obligando” al pueblo a “ajustarse” a esos extraños horarios que alteran criminalmente el ecosistema social y de negocios (económico), rompiendo el equilibrio y empujándonos a un escenario de caos que nos vuelve improductivos, incompetitivos, ineficaces e ineficientes.
Y otro paradigma que se respeta lo son las “guardias vacacionales” en toda la estructura pública, como si todas las áreas fueran necesarias, dando otro golpe al ecosistema, porque muchas familias se quedarán sin vacaciones porque el padre o madre tendrán que hacer “guardia”.
El artículo 17 de la Constitución establece que los tribunales del país estarán expeditos para impartir justicia de manera pronta, por lo que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa se encuentra obligado a garantizar a los gobernados este mandato de la Carta Magna de manera puntual; el artículo 24, último párrafo, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, establece que durante los periodos de vacaciones del Tribunal en cada Región, un Magistrado cubrirá la guardia y quedará habilitado para resolver las peticiones urgentes sobre medidas cautelares o suspensión del acto impugnado, relacionadas con cuestiones planteadas en la demanda.
De igual manera aplicará en temas sensibles como la Seguridad Pública, Protección Civil, Salud Pública, áreas en las que se justifica mantener personal que brinde los servicios en caso de ser requeridos.
Pero no es ni remotamente lógico que las instancias educativas puedan atender una “emergencia”, o que puedan suponer que algún ciudadano quiera tomar un curso o iniciar una carrera en plenas vacaciones; como tampoco es funcional en otras áreas, que, aunque mantengan personal de “guardia” éste no resuelve nada y se limitará a vigilar las emergencias del feis o el twiter, pero sin aplicar su tiempo de forma productiva.
Repetir los errores del pasado nos condenará a obtener los resultados del pasado y de esos errores ya no queremos saber más los veracruzanos. Votamos por un cambio y eso es lo que queremos ver. Ese es mi pienso.