La democracia tiene que ser radicalmente incluyente, es una de las conclusiones del Foro Latinoamericano para una Democracia Inclusiva que se celebró el 27 y 28 de marzo en el Centro Fox, San Cristóbal, Guanajuato, México en la que participaron los expresidentes: Eduardo Frei (Chile), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Vicente Fox (México), Laura Chinchilla (Costa Rica), Jorge Quiroga (Bolivia) y Leonel Fernández (República Dominicana).

El encuentro, que contó con la participación de Alicia Bárcena, secretaria general de la Comisión Económica para América Latina, y Rebeca Grynspan, secretaria general de Iberoamérica, fue organizado por el Club de Madrid que reúne a los expresidentes y ex primeros ministros de todo el mundo, organizado por capítulos regionales.

Los títulos de las mesas de trabajo de estos dos días dan una buena idea del contenido de la discusión:

Inclusión de personas de origen indígena y afrodescendientes, inclusión de personas migrantes, sostenibilidad e inclusión social, retos para una democracia inclusiva, retos y oportunidades de la democracia; neopopulismo, desigualdad y declive del estado social en las américas y, finalmente, ¿cómo afianzar la democracia y combatir las nuevas formas de nacionalismo excluyente?

En la discusión en la que participaron especialistas como Judith Morrison, Sian Carol, Flor Rojas, Ana Sojo, Katia Puga y Blanca Alcalá, se habló del sentido que tienen los países de diseños y acciones que más allá de discursos vacíos, favorezcan la inclusión de las minorías étnicas. Y también en los desafíos que implica la implementación de políticas y acciones que se proponen la inserción de los migrantes desde y hacia otros países de América Latina y los desplazados en tránsito dentro de la región.

Bárcenas, Grynspan y los expresidentes Fernández y Chinchilla plantearon, cada uno desde su propia visión, los desafíos que tiene en la región el desarrollo sostenible y el medio ambiente en el marco de la Agenda 2030 de la ONU y sobre las personas vulnerables.

En otra de las mesas los seis expresidentes, Grynspan y Jorge Castañeda plantearon los retos que en América Latina tiene la democracia inclusiva. Discutieron, entre otros temas la relación que guarda hoy en América Latina el binomio democracia-inclusión y también los efectos que tiene sobre la democracia del surgimiento de los populismos de izquierda y derecha en el mundo y en particular en la zona.

La secretaria general del Club de Madrid, María Elena Agüero, presentó el Proyecto Nueva Democracia que ahora impulsa la organización y en ese marco se discutió sobre las tendencias y dinámicas propias de la democracia en América Latina. En el debate participaron el expresidente Lacalle y los especialistas Gerardo Noto y Esther Ponce. En otra mesa, los expresidentes Quiroga y Frei y los especialistas Reyes Tamez y Marta Ochman debatieron sobre las nuevas formas de manifestación de los diversos tipos de populismo de América Latina y El Caribe. El intercambio incluyó un análisis de las nuevas formas de interrelación de la voluntad del pueblo interpretada por líderes políticos carismáticos y la utilización abusiva de los medios de comunicación y las redes sociales.

Al final del foro, los expresidentes Fernández y Chinchilla y el especialista Leandro Gorgal debatieron sobre el proceso de consolidación de democracia de América Latina y el papel que tienen las ideas transformadoras y las buenas prácticas en el marco de los propósitos de la Agenda de Democracia de Nueva Generación, para afianzar el sistema democrático en la región.

A lo largo de los dos días en el debate entre los expresidentes, los funcionarios internacionales y los especialistas hubo más coincidencias que diferencias. Para todos queda claro que la democracia en la región sigue teniendo como uno de sus principales desafíos, avanzar y profundizar en el proceso de inclusión social, sobre todo para los más vulnerables. Es, sin duda, a pesar de todo lo que se ha avanzado, una de las grandes deudas de la democracia en América Latina y El Caribe.