Estudioso profundo de la izquierda mexicana y acucioso conocedor de sus movimientos en la época contemporánea, el doctor Samuel Schmidt describe a conciencia su estado actual. Miren nadamás lo que dice:
“Una de las motivaciones de esa nueva izquierda es un fuerte apetito por el poder como medio para adquirir riqueza, prestigio y más poder. Han quedado lejos las viejas ideas de la política como instrumento para lograr la felicidad y especialmente para eliminar las diferencias económico-sociales. Ellos quieren ser igual de ricos que los ricos. Los pobres que se jodan si no trabajan duro”.
Pero, ¿dónde queda esa idea legendaria de los izquierdistas como luchadores sociales?, le pregunto.
“La izquierda mexicana ya no habla sobre revolución, su discurso es conservador. Parecen haberse vuelto cómplices de la estructura de poder que los ha enriquecido y los ha vuelto funcionales a los propósitos de continuidad del orden de cosas.
“Esa nueva izquierda fue incapaz y no quiso enfrentar al neoliberalismo que empobreció a la sociedad hasta niveles preocupantes. Por el contrario, se volvieron cómplices de las peores infamias al apoyar decisiones políticas que a todas vistas ampliarán la desigualdad en el país (reformas de Peña, que algunos dicen lograron votos a cambio de muchos millones).”
Eso debe haber tenido graves consecuencias para el movimiento social perredista, opino.
“La consecuencia ha sido una lucha fratricida por los beneficios y privilegios que da esa postura política, que ha fracturado al partido llevándolo a perder terreno político-electoral.
“Se fracturaron en el Senado, perdieron la disciplina partidaria y la dirección del partido confronta esta lucha de egoísmos constantemente. Es inevitable, que el liderazgo partidista sea inestable y la elección sea complicada porque enfrenta múltiples oposiciones internas.
“Sus seguidores se han ido y hoy el partido, según algunos analistas, si le va bien apenas mantendrá el registro”.
Un partido fracturado, desvanecido, con sus ideales originales perdidos. Sin embargo, alienta vida gracias a los devaneos de del juego electoral, según observa Samuel:
“Como la política está llena de paradojas, ahora que está en el suelo, el PRD tendrá el poder de inclinar la balanza para la gubernatura del Edomex, al sumar sus magros resultados a favor de alguna de las opciones viables.
“De dominar la inclinación izquierdista sus votos serán para Morena, pero si domina la corriente corrupta, los dirigentes perredistas seguramente se inclinarán por el PRI, gobierno que ya les tiene tomada la medida ($$$$).”
Termino la charla con una petición al doctor Schmidt: Dime, Samuel, de la manera más corta que puedas en qué condición están actualmente las ideologías en México:
“La derecha se recompone facilitando la consolidación de la ultra (Yunque), el centro se reduce y se vuelve cada vez más amorfo, la izquierda se corre a la derecha para reproducir lo peor del discurso y práctica política: La corrupción.
“En 2019 amaneceremos con una nueva versión de la izquierda mexicana, cualquier cosa que esto sea; posiblemente se mueva entre la marginalidad y la derrota sistemática. El factor Morena forzará una reconfiguración. Y yo me pregunto: ¿Hacia dónde será?”
PD. Con motivo de la Semana Mayor, esta columna descansará, y los amables lectores de ella. Nos vemos nuevamente a partir del lunes 17 de abril. Que la paz sea…
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